Estimular el uso de variedades tradicionales de tomates, pimientos y ajíes, comercializando plantines, realzando su valor patrimonial y mejorando su potencial productivo a través del uso de injertos y el uso sustentable de los recursos.

Identificar las mejores combinaciones de variedad-patrón para variedades tradicionales.Evaluar agronómicamente variedades tradicionales injertados para su uso comercial.Promover y posicionar las variedades tradicionales a nivel comercial.Escalamiento productivo de semillas y plantines de variedades tradicionales.Fomentar el uso de variedades tradicionales con el desarrollo de 'plantas listas' en formato jumbo para agricultura urbana y con plantines injertados para agricultura comercial (orgánica o integrada).

En horticultura Chilena los tomates, pimientos y ajíes han tenido un rol relevante dentro de nuestra cultura patrimonial, tanto para horticultores especializados, como también para agricultores familiares e incluso urbanos en huertas caseras, haciendo uso de una gran diversidad de variedades que en muchos casos fueron seleccionadas y adaptadas a condiciones específicas locales (tomate Poncho Negro por su resistencia a salinidad) o fueron conocidos por las características que le dieron tanto las zonas de cultivo como la genética (tomate Limachino) o simplemente por su sabor o cualidades particulares (tomate Rosado, ají Puta Madre o pimiento Morrón). Mucha de la horticultura intensiva basa hoy su producción en altos rendimientos y monocultivo. Para lograr los objetivos, se requieren de variedades modernas con altos rendimientos potenciales y del uso de fumigantes de suelo como el hoy prohibido Bromuro de metilo u otros productos alternativos igualmente tóxicos y menos efectivos. Esta realidad exige a mejoradores a producir constantemente nuevas variedades, competitivas tanto en rendimientos como en resistencias o tolerancias a problemas fitosanitarios específicos, que inundan el mercado. Dado que las variedades tradicionales por lo general tienen baja producción y son más susceptibles a algunas enfermedades, hoy han sido desplazadas por las modernas y no están disponibles en el mercado, a pesar de la diversidad que representan y que muchos las reconocen o recuerdan principalmente por sus características organolépticas. La agricultura familiar y urbana también se ha movido a estas nuevas variedades buscando los potenciales productivos, limitando aún más el uso de muchas de estas variedades tradicionales. La falta de uso y la poca disponibilidad podría reducir enormemente la diversidad que estas variedades ofrecen representan. Solo a través de la persistencia de algunos guardadores y guardadoras de semillas y de algunos bancos de germoplasma se ha podido conservar. Como una forma de rescatar estas variedades tradicionales nació la idea estimular su uso a través de la técnica de la injertación, ya que permite mayor vigor a las plantas y así hacerlas más productivas y además les da particularmente mejor resistencia a problemas fitosanitarios del suelo e incluso en algunos casos mayor tolerancia a estrés hídrico. Para ello se espera utilizar las variedades tradicionales actualmente conservadas en el Banco de Semillas Hortícola de la Universidad de Chile y otras que se puedan recuperar u obtener en el transcurso del proyecto, así como patrones mejorados o alternativas de patrones silvestres que se evaluarán. Se multiplicarán orgánicamente las semillas de las distintas variedades a utilizar a través de una empresa especializada y se pretende establecer un protocolo de injertación con un pequeno agricultor que se ha dedicado a la producción de plantas e innovaciones productivas. Las plantas producidas se comercializarán como "plantas listas" en Ferias Libres para llegar especialmente a huertas caseras, destacando la historia que hay detrás de estas variedades, los beneficios intrínsecos que puedan presentar y destacar las bondades que puede brindarles los injertos a las variedades tradicionales. Para ello se utilizarán distintos medios de difusión, tanto en las ferias libres (afiches, degustaciones) como en páginas web y otros eventos (charlas y seminarios). También se espera acceder a algunas producciones orgánicas para abrir nichos específicos en restaurantes o públicos alternativos. Sólo con el uso del germoplasma1 se podrá conservar tan preciada diversidad y además el uso de injertos permitirá un uso más sustentable de los recursos, incluso reducir aplicaciones de pesticidas que en muchos casos son de alta toxicidad permitiendo reinstalar las variedades tradicionales incluso comercialmente.