La llegada y expansión de insectos como la mosca de alas manchadas elevan costos y riesgos cuarentenarios. Académicos proponen fortalecer el manejo integrado con menos dependencia de insecticidas y más monitoreo, biocontrol y feromonas.
26-ago-2025
Fuente: Diario Frutícola
El incremento sostenido de las temperaturas está modificando el mapa sanitario de los frutales en Chile. Académicos advierten la llegada y consolidación de nuevas plagas -y la intensificación de otras- con impactos directos en rendimientos, costos y acceso a mercados, por lo que llaman a reforzar estrategias de manejo integrado menos dependientes de pesticidas.
Uno de los casos emblemáticos es Drosophila suzukii (mosca de alas manchadas), detectada en el país en 2017. A diferencia de otras drosófilas, ovipone en fruta sana, afectando especialmente cerezos y berries, lo que eleva la complejidad de control y los riesgos cuarentenarios para las exportaciones.
Desde la academia, Eduardo Fuentes (UTalca) subraya que el alza térmica acelera desarrollo, reproducción y sobrevivencia de varias plagas, por lo que su impacto "será más importante" si no se ajustan las tácticas de control. Sus líneas de investigación abarcan manejo integrado en frutales y vides, resistencia a insecticidas y genética de poblaciones; además, participa en iniciativas que vinculan cambio climático y plagas, como el anillo PIC².
"hay que adaptar las herramientas a ambientes más cálidos, porque algunas podrían perder eficacia. La idea es avanzar hacia alternativas más sustentables: feromonas, enemigos naturales y productos de origen natural, dejando los insecticidas solo para el mínimo necesario", dice Fuentes.
El Anillo de Investigación en Insectos Plagas y Cambio Climático (PIC²) -con investigadores de la U. de Chile, UTalca, U. Católica del Maule y U. de O'Higgins- busca entender cómo la temperatura y las prácticas de manejo están reestructurando la distribución y adaptación de insectos clave para la fruticultura y la sanidad pública. El consorcio también impulsa formación aplicada, como el curso gratuito "Avances en el Manejo Integrado de Plagas" impartido recientemente, orientado a monitoreo, diagnóstico y nuevas tácticas sustentables.
La investigadora Margarita Correa (UCM) coincide en que el cambio climático está transformando especies antes secundarias en verdaderas plagas, citando el avance de D. suzukii sobre cerezos. Estudios y divulgación de UCM apuntan a que las nuevas pautas meteorológicas también desincronizan plagas y enemigos naturales, lo que complica el control biológico si no se ajustan calendarios y tácticas.
En la práctica, los especialistas proponen reforzar MIP con: monitoreo intensivo y umbrales; control cultural (cosecha frecuente y retiro de fruta caída o dañada); coberturas y exclusión; trampeo masivo/atrayentes; feromonas para confusión sexual; y biocontrol selectivo, dejando los insecticidas "solo para el mínimo necesario". Estas medidas han sido destacadas para D. suzukii, donde la disciplina en cosecha y manejo de residuos marca diferencias en incidencia y daño.
El desafío no es solo productivo sino comercial: la detección de individuos en envíos puede gatillar rechazos por tratarse de plagas cuarentenarias. De allí la insistencia en protocolos preventivos, capacitación y articulación público-privada para sostener la competitividad exportadora en un escenario más cálido y biológicamente dinámico.