Patricia Villarreal, Directora Ejecutiva de AFIPA
06-ago-2025
Fuente y fotografía: Diario Frutícola
La Directora Ejecutiva de AFIPA aborda el rol estratégico de los fitosanitarios frente al cambio climático, los desafíos del agro y la amenaza del comercio ilegal. Da una mirada técnica y humana sobre el equilibrio entre producción agrícola, salud pública y medio ambiente.
Desde su rol como Directora Ejecutiva de la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios Agrícolas (AFIPA), Patricia Villarreal ha liderado con firmeza el diálogo entre industria, autoridades y agricultores, promoviendo un uso seguro, responsable y técnicamente fundado de los fitosanitarios en Chile.
Patricia Villarreal. Ingeniera agrónoma de formación, con experiencia en políticas públicas, sustentabilidad y manejo fitosanitario, Villarreal ha sido una de las principales impulsoras del programa "Agricultura sostenible en acción", iniciativa que ha capacitado a más de 12.000 personas en buenas prácticas agrícolas durante el último año.
En esta entrevista, Villarreal advierte sobre los graves riesgos del comercio ilegal de agroquímicos ( fitosanitarios, fertilizantes, bioestimulantes, reguladores y otros productos químicos usados en la agricultura) y el rol que deben asumir los distintos actores del sector para erradicar esta práctica.
Además entrega una visión integral sobre el papel que juegan los productos fitosanitarios en la seguridad alimentaria, el combate al cambio climático, la productividad agrícola y la sanidad vegetal.
Con un enfoque claro, técnico y al mismo tiempo cercano al agricultor, Villarreal plantea propuestas para avanzar hacia una agricultura chilena más sostenible, moderna y competitiva, sin perder de vista la salud de las personas y el cuidado del medio ambiente.
Antes de entrar a esta conversación con la Directora Ejecutiva de AFIPA, hay que señalar que un fitosanitario (insecticidas, fungicidas, herbicidas, acaricidas, nematocidas, bactericidas y reguladores de crecimiento), es un producto o sustancia utilizada para proteger los cultivos de plagas, enfermedades y malezas. También se les conoce como productos para la protección de cultivos, y pueden ser de origen químico, biológico o natural.
¿Cuál es el rol de los fitosanitarios en garantizar una producción de alimentos sanos, seguros y en cantidad suficiente en Chile?
Los fitosanitarios son una herramienta fundamental para asegurar la disponibilidad de alimentos en Chile, tanto en cantidad como en calidad. Permiten proteger los cultivos frente a plagas, enfermedades y malezas que, sin un control adecuado, pueden significar pérdidas significativas.
Según estimaciones de la FAO éstas pueden llegar hasta un 40% anual si no se controlan adecuadamente, lo que representa un riesgo importante en un contexto de creciente demanda de alimentos para una población en aumento.
Además de favorecer una agricultura más productiva, los productos fitosanitarios - cuando se utilizan de forma correcta- contribuyen directamente a la inocuidad de los alimentos. Por ejemplo, evitan que frutas, verduras o cereales tengan hongos o toxinas naturales peligrosas para la salud humana.
Por eso, cuando se aplican según las indicaciones de la etiqueta, respetando los períodos de carencia, aplicando dosis adecuadas y siguiendo las Buenas Prácticas Agrícolas, ayudan a que los productos que llegan al consumidor sean seguros, saludables y cumplan con los más altos estándares nacionales e internacionales de calidad.
¿Cómo contribuyen los fitosanitarios a una agricultura más sostenible frente a los desafíos del cambio climático y el manejo de plagas?
La agricultura enfrenta hoy el enorme reto de producir más alimentos de manera sostenible, en un contexto de cambio climático que intensifica la presión de plagas y enfermedades en los cultivos. El aumento de la temperatura, los eventos climáticos extremos de sequía y precipitaciones, la pérdida de biodiversidad y la globalización han favorecido la aparición de plagas más resistentes, frecuentes y en nuevos lugares.
En este escenario, los fitosanitarios, cuando se usan de forma segura, responsable y dentro de un programa de Manejo Integrado de Plagas (MIP), son aliados estratégicos para la sostenibilidad agrícola. Un buen programa fitosanitario enmarcado en MIP integra técnicas de prevención, monitoreo e intervención selectiva, lo que permite actuar ante brotes de plagas exacerbados por las variaciones climáticas, pero minimizando residuos y reduciendo el impacto ambiental. De este modo, se protege el cultivo cuidando los suelos, el agua, los polinizadores y la salud de las personas.
Además, gracias a los avances científicos, hoy contamos con una variedad de productos para la protección de los cultivos, cada vez más específicos y con mejores perfiles toxicológicos, lo que permite controlar las plagas y enfermedades con menor riesgo y mayor precisión, resultando en una agricultura más resiliente, eficiente y ambientalmente sustentable.
¿Qué avances ha tenido el proyecto "Agricultura Sostenible en Acción" en materia de capacitación y buenas prácticas en el uso de fitosanitarios?
El proyecto "Agricultura Sostenible en Acción", impulsado por AFIPA junto a CropLife Latin America y CropLife International, tiene como objetivo favorecer la sostenibilidad en la Agricultura Familiar Campesina (AFC), facilitando el acceso a tecnologías, conocimientos y prácticas responsables en el uso de los productos fitosanitarios.
En esta línea, uno de los principales focos del proyecto ha sido la formación de agricultores y asesores técnicos. Solo en 2024 capacitamos a más de 12.250 personas en Buenas Prácticas Agrícolas, uso seguro y eficaz de fitosanitarios, calibración de equipos, y estrategias de MIP a lo largo del país.
Gracias a los convenios firmados con INDAP en O'Higgins, Maule, Región Metropolitana y Arica, hemos podido adaptar las capacitaciones a las realidades locales de la pequeña agricultura, fortaleciendo el trabajo con la red de asesores Prodesal y SAT. Además, esperamos poder concretar pronto un convenio con INDAP a nivel nacional que incluya replicar a nivel país los resultados del proyecto en la AFC. Estas alianzas nos permiten coordinar actividades en conjunto y facilitar la articulación entre el mundo técnico, público y agrícola.
¿Cómo ha sido la experiencia con los huertos demostrativos?
El proyecto ha incorporado un componente clave: la implementación de huertos demostrativos como el desarrollado en 2024 con un productor de cerezos en O'Higgins. Allí, lo acompañamos durante todo el ciclo productivo con prácticas de MIP, diseño de un programa fitosanitario, monitoreo de plagas e instalación de bordes florales para la biodiversidad, lo que le permitió aumentar en un 75% la producción del agricultor, con una fruta de mejor calibre, y un 95% de calidad de exportación.
Para este 2025 esta experiencia la estamos replicando en siete huertos demostrativos en Arica, Región Metropolitana, O'Higgins y Maule, acompañando a productores de frambuesas, tomates, cebollas, alcachofas y frutillas, implementando prácticas innovadoras enfocadas en las necesidades de cada cultivo.
COMBATIR LO ILEGAL Y EDUCAR
En un escenario agrícola cada vez más complejo y exigente, el uso de productos fitosanitarios enfrenta un desafío doble: garantizar alimentos seguros y sostenibles, mientras se combate una amenaza silenciosa pero creciente: el comercio ilegal de agroquímicos.
Falsificaciones, contrabando y productos sin registro están afectando no solo la salud de los agricultores y los consumidores, sino también la imagen internacional de la agricultura chilena y su capacidad de competir en los mercados más exigentes, señala Patricia Villarreal."La trazabilidad y la compra responsable son tareas de todos, no solo de las autoridades".
¿Qué nos puedes contar del comercio ilegal de fitosanitarios, en qué estamos, qué se requiere para frenarlo y los daños que están generando?, ¿Un productor cómo puede colaborar y tomar conciencia de las consecuencias?
El comercio ilegal de productos fitosanitarios es un problema grave y en aumento, tanto a nivel global como aquí en Latinoamérica, lo que representa un serio riesgo para la salud, el medio ambiente, la competitividad del sector agrícola y nuestra imagen país.
Cuando hablamos de comercio ilegal nos referimos a la falsificación, adulteración, contrabando o robo de plaguicidas. Lamentablemente, cada vez vemos más productos de origen desconocido en el mercado que no cumplen con los requisitos sanitarios ni de calidad y que como he dicho previamente pueden afectar gravemente a la agricultura.
Por esto, AFIPA trabaja activamente con autoridades como el SAG y otras entidades públicas y privadas en campañas de educación, fiscalización y trazabilidad. Como gremio participamos y hemos promovido la conformación de mesas de trabajo interinstitucionales, apoyamos el fortalecimiento normativo y también promovemos el uso de tecnologías para la trazabilidad de los productos fitosanitarios, de modo de evitar que productos que no cumplen con las exigencias regulatorias en nuestro país lleguen al campo.
Además, en el marco de nuestro proyecto Agricultura Sostenible en Acción, estamos abordando esta temática a través de la realización de diferentes acciones, entre ellas la realización de un estudio que permita dimensionar el problema a nivel país, de modo de poder proponer medidas concretas tanto a nivel de regulaciones, control y capacitación de los diferentes actores involucrados. Sabemos que hay desconocimiento sobre el manejo de los productos incautados por lo que también hemos realizado capacitaciones a quienes participan en los decomisos de estos productos, las que seguiremos realizando en el marco del proyecto .
Por otra parte, es de suma importancia que los agricultores compren solo en canales autorizados, exijan factura, verifiquen el registro SAG y reporten productos sospechosos. La colaboración de todos es esencial para erradicar este problema.
¿Qué tipo de innovaciones están surgiendo en la industria de fitosanitarios para reducir impactos ambientales y mejorar su eficiencia?
La industria de la protección de los cultivos ha avanzado significativamente en los últimos años con un fuerte enfoque en la sustentabilidad, desarrollando productos más seguros y promoviendo un uso más eficiente y responsable.
Hoy, las innovaciones apuntan al desarrollo de moléculas más específicas, con mejores perfiles toxicológicos, dosis más bajas y tiempos de carencia más cortos, lo que permite un control eficaz de plagas con menor riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
Además, en los últimos años hemos visto un desarrollo importante de las tecnologías de precisión, como sensores, sistemas de monitoreo, riego, etc., que permiten aplicaciones de los productos en el lugar y momento preciso, disminuyendo los riesgos en el uso y pérdidas innecesarias de productos que, en general, son de alto costo.
¿Qué rol juegan las autoridades públicas y privadas en la fiscalización, regulación y educación sobre el uso correcto de fitosanitarios y sobre el manejo de la procedencia de ellos?
El uso correcto y seguro de los fitosanitarios es una responsabilidad compartida que requiere de un trabajo coordinado entre el sector público, el sector privado y los agricultores. En este sentido, cada institución juega un rol fundamental para garantizar una agricultura segura, eficiente y sustentable.
Desde el sector público, como ente regulador, el rol es clave en varios niveles. Por un lado, deben establecer normas claras, actualizadas y basadas en evidencia científica que protejan la salud de las personas, el medioambiente y aseguren la inocuidad de los alimentos. Pero también deben actuar como impulsores de innovación, modernizando la regulación a los nuevos requerimientos, el desarrollo de capacidades técnicas y la difusión de buenas prácticas en toda la cadena productiva.
Desde AFIPA y el mundo privado, colaboramos estrechamente con las autoridades en diferentes niveles, a través de capacitaciones, entrega de información técnica y científica, y participación activa en mesas de trabajo y también mediante convenios de colaboración. Este trabajo conjunto permite no solo garantizar el uso seguro y eficiente de los fitosanitarios, sino también avanzar hacia regulaciones más modernas, dinámicas y alineadas con los avances tecnológicos y los principios de sostenibilidad.
Uno de los grandes desafíos actuales es el control del comercio ilegal de productos fitosanitarios, que representa un riesgo sanitario, ambiental y reputacional para el país. Abordarlo requiere un esfuerzo articulado entre el Estado, la industria y las organizaciones de agricultores, para asegurar la trazabilidad y la legalidad de los insumos utilizados en nuestros campos.
¿Cómo se promueve el equilibrio entre productividad agrícola, protección del medio ambiente y salud humana en el uso de estos productos?
El equilibrio se logra a través del uso responsable de los productos fitosanitarios. Éstos son esenciales para proteger los cultivos, pero, si no se usan de la forma adecuada, pueden generar riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Por eso es fundamental que su uso esté alineado con estándares internacionales como el Código Internacional de Conducta para la Gestión de Plaguicidas, desarrollado por la FAO y la OMS, que señala cómo maximizar los beneficios minimizando sus riesgos, desde la elección del producto hasta su aplicación y disposición final.
Por eso, la capacitación a los agricultores es clave y, como gremio, a través de nuestro programa CuidAgro y de iniciativas como el proyecto Agricultura Sostenible en Acción, impulsamos fuertemente la formación técnica de agricultores, profesionales y estudiantes agrícolas en diversas áreas relacionadas al correcto uso de productos, Manejo Integrado de Plagas y Buenas Prácticas Agrícolas.