Contribuir a la modernización y mejoramiento de los aspectos tecnológicos de la industria apícola de nuestro país, de manera de incidir positivamente en su rentabilidad y competitividad en el actual contexto de la globalización de las economías a nivel mundial.

Verificar que existe mercado potencial insatisfecho y que es viable, desde el punto de vista operativo, introducir en ese mercado el producto miel (Estudio de Mercado).;Demostrar que tecnológicamente es posible producir miel, una vez verificado que no existe impedimento alguno en el abastecimiento de los insumos y la tecnología necesaria para su producción (Estudio Técnico).;Comprobar que es económicamente rentable llevar a cabo la industrialización de los procesos de extracción y fraccionamiento del producto miel (Estudio Económico).

Hoy en día la tendencia en el consumo de productos agrícolas está marcada por un tipo de consumidor cada vez más exigente, que demanda productos naturales e inocuos, que además en cuya producción se proteja y respete el medio ambiente y la salud de los trabajadores. Como apoyo para dar cumplimiento a estas nuevas exigencias, los apicultores junto a instituciones estatales están haciendo importantes esfuerzos para incorporar las Buenas Prácticas Agrícolas, BPA, y de esta manera fortalecer la confianza del consumidor. Junto con esto, a partir del ano 2004 y durante este ano el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, está implementando un Sistema de Trazabilidad para las empresas que deseen exportar miel de manera de certificar su inocuidad y aptitud para el consumo humano. Para esto creó el Registro de Apicultores de Miel de Exportación, RAMEX, y ha establecido los Requisitos de Establecimientos Exportadores de Miel para Ingresar al Listado Nacional de Establecimientos Exportadores de Productos Pecuarios, REEM.Estas nuevas certificaciones del SAG le plantean al apicultor el desafío de contar con la infraestructura adecuada para el proceso de cosecha y envasado que cumpla con la normativa sanitaria de los alimentos en nuestro país y que a su vez cumpla con las exigencias de los países de destino de las exportaciones de miel.Este escenario constituye una oportunidad para aquellos productores apícolas que desean incrementar su volumen de producción y además agregarle valor a su producción, cumpliendo con las nuevas exigencias del mercado. En esta perspectiva se hace necesario contar con los estudios correspondientes que entreguen una idea clara, más acabada y profesional de los elementos técnicos y de mercado que inciden en la rentabilidad de la empresa apícola.Este Estudio busca determinar y especificar la información necesaria que sirva para establecer los criterios básicos que faciliten la toma de decisión con respecto a qué productos apícolas está demandado el mercado actualmente, con qué características y con qué exigencias; cuál es el tamano óptimo, la localización óptima, los equipos, las instalaciones y la organización requeridos para una planta procesadora de miel; la inversión necesaria para implementar una planta procesadora; finalmente, determinar si la inversión propuesta es económicamente rentable; todo esto en el contexto de una gestión basada en las Buenas Prácticas Agrícolas.A partir de los resultados de este Estudio el apicultor contará con la información de mercado, de tecnologías y de los aspectos económicos que le permitan tomar la decisión de hacer las inversiones para el mejoramiento e industrialización de los procesos de extracción y fraccionamiento de la miel. De esta manera, se contribuirá en tres aspectos en particular, primero a agregarle valor al producto miel, en segundo lugar a diversificar la venta con una mejor presentación y tercer lugar a responder a las exigencias de mercado, que le permitan en definitiva alcanzar mejores precios y, además, insertarse, posicionarse y mantenerse en los mercados nacional e internacional.