Extender la vida útil de longanizas y embutidos artesanales a más de 30 días utilizando herramientas biotecnológicas, evitando la utilización de preservantes artificiales, comúnmente utilizados en la elaboración de embutidos industrializados. Con esto se busca mantener el carácter de producto natural a las longanizas aumentando su vida útil y acercandola a los periodos de duración de la competencia industrializada, buscando además oportunidades para la exportación de este producto.