Lanzar al mercado una línea de productos agroalimentarios, con valor agregado, en base a variedades de productos ancestrales, reincorporados, desarrollados y aclimatados, certificados por un Sello Ético de Calidad.

Implementación y puesta en marcha del Centro de Agregación de Valor Integral, CAVI.Rediseno de un Sello Ético de Calidad y desarrollo de proveedores.Diseno e implementación de un Modelo de Gestión Asociativo.Mejoramiento de la presentación de productos y del punto de ventas por medio de su remodelación y equipamiento.

En el territorio lacustre se está produciendo una importante oferta de materias primas para el desarrollo de una oferta agroindustrial, proveniente de las familias Mapuche, de la AFC. Sin embargo esta oferta agrícola de alto valor no se diferencia del resto de la oferta existente; pues su valor nutricional, al ser producidos con base en la agroecología Mapuche, no se hace visible, en términos de presentación, de incorporación a procesos agroindustriales y de información al consumidor final que, crecientemente busca alimentarse de manera sana y segura. Para la captura de esta oportunidad, emergente y creciente, la corporación Komkelluhayín ha participado institucionalmente y con sus socios (familias Mapuche del territorio) de acciones que le permiten contar hoy con un terreno de tres hectáreas, para que en el se implementen de manera progresiva, sucesiva y orgánica, centros de agregación de valor. Se cuenta con luz, agua, una planta de proceso de 110 M2, con bosque nativo; para la dimensión de agregación de valor se cuenta con un set para la cosecha, desaponificado y seleccionadora de Quinua, en lo empresarial se ha creado una cooperativa silvoagropecuaria con la cual dirigir procesos productivo/comerciales e implementar un Sello Ético de Calidad. Se cuenta con una tienda en la cual se comercializan desde ya los productos, bajo formatos simples y agregaciones elementales. El objetivo general del proyecto es lanzar al mercado una línea de productos agroalimentarios, con alto valor agregado, en base a variedades de productos ancestrales reincorporados, desarrollados y aclimatados, como las quinuas, los diversos tipos de porotos, de maíces, papas, hortalizas, chacras, frutos de recolección, plantas medicinales y aromáticas, mermeladas, conservas y huevos azules. Todo esta línea será certificada en cada una de las partes de su proceso y por toda la cadena de valor, incluyendo clientes finales por un sello ético local y articulado por una estrategia comercial que diferencie por identidad su agregación de valor, con la participación de diversos actores público/privados: productores organizados, mercado gourmet, consumidores finales (familias) y servicios públicos (escuelas, centros de salud, centro penitenciario, servicios públicos entre otros). El resultado final es una cadena de valor que entregue al mercado una línea de productos diversos, diferenciados por un sello ético de calidad.