Identificar mecanismos innovadores para diversificar la oferta de alimentos saludables, agregando valor a la cadena productiva de pequeños productores y empresarios mapuche de la región de la Araucanía, siguiendo la experiencia de la Asociación Guatemalteca de Exportadores

El desafío de hacer de 'Chile una potencia alimentaria y forestal al ano 2020' es un problema, pero también una oportunidad para los pequenos y medianos productores y empresarios agrícolas. En primer lugar se debe considerar la ubicación geográfica de Chile dentro del contexto mundial. Por un lado, la existencia de distintos climas, biodiversidad, suelos y recursos hídricos, especialmente en la zona centro y sur, y por otro lado, el aislamiento geográfico no solo conllevan altas expectativas de responder satisfactoriamente a los retos de lograr la soberanía alimentaria y amortiguar los impactos del cambio climático, sino también tener una frontera agrícola natural, que representa una ventaja en términos fitosanitarios para la producción agrícola general del país (Meza, 2009; Agüero, 2014). En segundo lugar, la organización institucional público y privada deberá crear un escenario productivo, marcado por consumidores que no sólo demandarán una mayor oferta de alimentos, sino también estándares más exigentes de sanidad, calidad e inocuidad de la oferta alimentaria (Qualitas agroconusltores, 2011). Esto es, crear normativa y destinar recursos financieros, con el fin de maximizar las oportunidades de producción alimentaria, desarrollando una oferta que sea acorde a las nuevas demandas de alimentos saludables y nutritivos. Lo anterior plantea un desafío complejo, en una mano, desarrollar programas de investigación de nuevas variedades, innovación, tecnologías, alimentos saludables, etc., y en la otra, generar una mayor cooperación e integración de los distintos segmentos de la cadena productiva, que en la práctica agreguen valor a la producción primaria de alimentos e impulsen nuevas asociaciones comerciales y encadenamientos entre la pequena y mediana agricultura con el mercado (Pefaur, 2014). Para los pequenos y medianos productores y empresarios mapuche el desafío es mayor: altos índices de pobreza, no estar articulados entre sí para aprovechar la diversidad de sus productos, esfuerzos individuales y no haber sinergia entre los distintos actores, viéndose limitadas las oportunidades de mejorar las condiciones de producir, cosechar, negociar, comercializar y poner en el mercado sus productos. La presente gira tiene como objetivo el desarrollo de alimentos saludables y nutritivos, usando la producción de plantas nativas e introducidas (pinones, avellanas, castanas, frambuesa, mora, murta, arrayan y maqui), con el fin de generar un alimento acorde a las demandas del mercado escolar y turístico de las distintas zonas geográficas de la región de la Araucanía: cordillera (Curarrehue), intermedia (Temuco) y costa (Saavedra). Esto no sólo tendría un impacto positivo para los pequenos y medianos productores y empresarios mapuche, facilitando el intercambio de su producción entre las distintas zonas geográficas (frutas) y agregando valor a su oferta en el mercado (mayores ingresos), sino también permitir que ellos se agrupen y organicen, con el fin de que su producción pueda alcanzar otros segmentos del mercado, fuera de la región de la Araucanía. Además, debido a que la gira considera formas de producción local sustentables, habría un impacto positivo directo sobre la valorización cultural mapuche respecto a sus conocimientos y prácticas tradicionales agrícolas, algunas aprendidas en las giras previas que han participado algunos de estos pequenos productores y empresarios agrícolas.