Desarrollar una estrategia para el incremento de la rentabilidad del rubro ovino de carne a través de la adopción de un paquete tecnológico, orientado a ofertar un producto de calidad, en miras de de la inserción de pequenos agricultores a la exportación.

Disenary establecer un modelo productivo semi intensivo, económicamente viable y que incorpore Buenas practicas ganaderas y que de cómo resultado un producto de alta calidad y estándar.; Mejorar las capacidades de gestión predial y comercial de los productores ovinos de carne del territorio Laja Diguillín.; Difundir y transferirlos resultados del proyecto a otros productores, profesionales, industria, instituciones del estado entre otros.

En general, los sistemas productivos ovinos de la zona centro sur están fuertemente orientados a la producción de carne siendo su principal evento de ingresos la venta de corderos, la que ocurre principalmente en los meses de Diciembre y Enero. Esta venta es estacional y por lo general local, esta limitada a un pequeno volumen (10-50 corderos/ano/ explotación), según el tamano de la explotación. Los corderos son bien pagados por el comercio local ($20.000-$25.000 corderos de 30-35 kilos aproximadamente y vendidos antes de Navidad). A pesar de esta característica aparentemente atractiva de precio y mercado, (comparativamente con la especie bovina, los ovinos reciben un pago mayor al pago por kilo además de ser mas eficientes en la utilización de los recursos forrajeros de mediana a mala calidad), esta rubro se encuentra estancado, tanto en su crecimiento cuantitativo (volumen de producción), tecnológico (eficiencia de producción), cualitativo (calidad y estandarización de producto) y económico (rentabilidad).Es así, como es fácil encontrar en la pequena agricultura de la zona Centro Sur, explotaciones con índices de parición menores a 100%; Porcentajes a la senalada o porcentajes al destete menores de 100%, prolificidad menores o igual a 100%, tasa de mortalidad de madres mayor al 5%; tasas de mortalidad de crías variables, pudiendo llegar hasta el 25% del total, carga animal de 1-2 cabezas ovinas por hectárea, entre otros, los que justifican la intervención a este nivel.Todos los aspectos anteriormente senalados son modificables, afectan fuertemente la rentabilidad y sustentabilidad del rubro. Lo anterior constituye un desafío, que genera un modelo replicable en otros agricultores, y que este sea sustentable tanto económica como ambientalmente.