Avances en desarrollo de variedades de cereza chilena

El Consorcio Tecnológico de la Fruta fue creado en 2006, y desde ese momento está concentrado en el desarrollo de nuevas variedades de frutas para la industria nacional de exportación, mediante un trabajo estrecho con la academia, el sector público con el apoyo de Corfo, así como también del sector privado representado en un grupo de exportadoras y productoras de frutas y ASOEX.

04-ene-2023

Fuente y artículo competo: Simfruit

Fotografía: FIA

En este marco, el año 2010 comienza a operar el Programa de Mejoramiento Genético (PMG) del Cerezo, siendo su objetivo obtener nuevas variedades de cerezo dulce (Prunus avium L.) tempraneras y tardías, autofértiles, a través del mejoramiento genético tradicional, y que se adapten a las condiciones de producción y necesidades de exportación de la industria chilena. Además de poseer una buena capacidad viajera (vida de poscosecha).

Junto a la industria, este PMG generó un ideotipo o características que se buscan en los nuevos desarrollos de cerezas, quedando definidos, entre otros, los siguientes aspectos: Cosecha temprana y cosecha tardía (para alejarse de las fechas de concentración de cosecha de media estación). Peso del fruto: ≥10 gramos, tamaño de fruto: ≥ 26 mm, firmeza de fruto: ≥70 durofel, dulzor: ≥17°Brix y con tolerancia a partidura.

"El trabajo y lo que se ha avanzado para la obtención de variedades de cerezas 100% chilenas, ha sido largo y ha permitido generar un conocimiento técnico importante y único, tanto como equipo, así como también en cada uno de los profesionales que participan de este Programa. Nuestros desarrollos tienen características únicas como la crocancia. El poseer una alta diversidad genética en la colección varietal de parentales, nos asegura una diversidad de combinaciones en los cruzamientos muy positiva, y que ha permitido obtener una gran cantidad de híbridos interesantes", precisó María Fernanda Álvarez, Coordinadora del Consorcio Tecnológico de la Fruta de ASOEX.

La profesional, destacó, además, que hay un fuerte enfoque en la obtención de fruta de alta calidad, tanto para las variedades tempraneras como las tardías. Así como también se tiene especial preocupación por desarrollar variedades con una larga vida de poscosecha y un menor impacto de desórdenes fisiológicos. "La fruta chilena, y en especial las cerezas deben viajar largos periodos de tiempo, sobre todo para llegar a China y otros mercados del Asia. Ahí nuestra preocupación es que la fruta llegue en las condiciones y calidad que los mercados y consumidores desean recibir, por ello, este programa posee un enfoque único, que es la búsqueda de una larga vida en poscosecha", puntualizó Álvarez.

Agregó: "Cada una de las selecciones avanzadas con las que actualmente contamos, obedece a la permanente guía y participación en las decisiones técnicas de la industria, representada a través de la ASOEX y las empresas socias".

Variedades de Cerezas Chilenas

"La industria chilena de la cereza necesita sus propias variedades. Hasta ahora, sólo cultivamos variedades importadas. Sin embargo, Chile necesita nuevo germoplasma adaptado a nuestras propias condiciones climáticas, logísticas y comerciales para mantener su competitividad como principal exportador del Hemisferio Sur", comentó la directora del Programa de Mejoramiento Genético (PMG) del Cerezo del Consorcio Tecnológico de la Fruta, y académica e investigadora de la Universidad Católica de Chile, Marlene Ayala.

La profesional destacó que este Programa está cerca de alcanzar el objetivo de obtener nuevas variedades chilenas de cerezas, con 24 de las 30 selecciones avanzadas injertadas y en estudio, y que fueron dadas a conocer en el marco de un Día de Campo, desarrollado en la escuela agrícola San Vicente de Paul, donde participaron representantes de ASOEX, representantes técnicos de empresas socias del Consorcio y de este programa, además de profesionales de CORFO, del Consorcio Tecnológico de la Fruta y la Universidad Católica.

Respecto a su trabajo como directora del PMG del Cerezo, puntualizó: "En 2010 se comenzó un importante proyecto de desarrollo de nuevas variedades de cerezas del ´Consorcio Tecnológico de la Fruta´, compuesto por la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex), varias empresas exportadoras y la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC). Desde entonces, he estado trabajando en el mejoramiento y, hasta la fecha, tenemos más de 30 selecciones avanzadas injertadas y en estudio. Veinticuatro de ellas han sido evaluadas en cuanto a rendimiento, calidad y vida poscosecha".

Ayala destacó que, además de producir fruta de alta calidad, las nuevas variedades de cerezo deben adaptarse a las condiciones climáticas de Chile. Por ejemplo, deben ser de bajo frío para zonas con invierno cálido (zonas centro y norte de Chile). Asimismo, las nuevas variedades deben tolerar la lluvia y las heladas, y no agrietarse durante el almacenamiento. También deben adaptarse al cambio climático, sobre todo en cuanto a tolerancia al estrés abiótico.

Otro aspecto crucial es que las nuevas variedades no sólo sobrevivan, sino que sean capaces de manejar la cadena logística hasta mercados lejanos. "Chile necesita nuevas variedades tempranas y tardías para evitar que se coseche y procese un gran volumen de fruta, durante diciembre y principios de enero de cada temporada. Cosechamos la mayor parte de nuestros huertos comerciales (variedades de media estación) en un tiempo corto y concentrado, lo que genera problemas logísticos de embalaje, almacenamiento y envío. Además, la acumulación de fruta en un periodo corto reduce los beneficios de los productores. Tenemos que descentralizar nuestra producción fomentando la producción de fruta antes o después de la temporada", explicó la académica.

Dar respuesta a las necesidades

"En mi opinión, las empresas chilenas necesitan ayuda en estrategias innovadoras de gestión de campo, ya que el rendimiento, la calidad y el potencial de almacenamiento de la cereza dulce dependen de buenas prácticas agrícolas. Tradicionalmente hemos producido cerezas en el Valle Central de Chile, pero se han establecido nuevos huertos más al norte y al sur del país. Las nuevas condiciones exigen adoptar estrategias diferentes. Esto es aún más importante si consideramos que el cambio climático está afectando a nuestros huertos, haciendo evidentes nuevas necesidades tecnológicas asociadas a estreses bióticos (plagas y enfermedades) y abióticos (sequías y temperaturas extremas) emergentes. Además, las empresas deben seguir esforzándose en las tecnologías poscosecha, ya que para llegar a nuestro principal mercado (Asia) hay que hacer un largo viaje al extranjero".

"Mi trabajo de investigación siempre ha estado vinculado a la solución de los problemas de la industria chilena de la cereza y mi carrera ha crecido a la velocidad del desarrollo de la industria. La mayoría de mis becas de investigación consideran la investigación aplicada, centrándose en encontrar la base para resolver los problemas que está reduciendo o limitando la competitividad de la industria. Una estrecha relación con los productores de cerezas y otros actores de la industria ha permitido que los esfuerzos de investigación y desarrollo realizados en la Universidad se transfieran rápidamente a los productores y exportadores", concluyó Ayala.

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