El sector agrícola se enfrenta a una transformación productiva que se debe apoyar en las nuevas tecnologías.
27-jun-2019
Los tiempos en que la pala, el azadón y el tractor eran los protagonistas del paisaje rural se acaban. Los drones, los sensores aéreos, el big data y las plantaciones hidropónicas comienzan a formar parte del escenario agrícola. Todas estas herramientas tecnológicas se empiezan a concebir como las claves para garantizar la alimentación de la población mundial, cuyo crecimiento será de un 33% para el 2050.
Por su parte, La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) prevé que con este crecimiento global la producción de alimentos se incrementará en un70% para ese año, acción que generaría una mayor deforestación, puesto que hoy el 25% de los campos de cultivo ya se encuentran en estado de degradación, lo que se traduce en tierras menos fértiles con menos tiempo de producción y un efecto directo en el cambio climático, según un informe de Oliver Wyman 'Agriculture 4.0: The Future of Farming Technology
La producción agrícola se enfrenta a unatransición productiva donde debe ser más eficiente con los recursos, generando la mayor cantidad de alimentos posibles y dando paso a la agricultura inteligente. En este contexto, Fernando Martín, Director de innovación de Azucarera, comenta que su organización empezó a usar agricultura de precisión: big data, imágenes de satélite y drones en su cadena de producción por necesidad, puesto que la siembra de remolachas, para su posterior extracción de azúcar es costoso, sobre todo la gran demanda de agua que requiere.
Esta tecnología permite conocer a los agricultores cuál es el estado real de cada parcela de su cultivo y así dosificar, tanto el agua como los fertilizantes, acorde a las necesidades de cada área, pues "hay parcelas que requieren más fertilizantes que otras y otras que demandan más agua".
Además añade que: "Permite tomar decisiones fundamentales a los agricultores para mejorar sus cultivos, puesto que el productor tiene todos los datos acerca de su producción gracias al seguimiento que se realiza con estos dispositivos al clima, a las plantas y a la tierra". Según Martí, Azucarera busca reducir con este proceso el 30% de la huella de agua que genera.
En esta línea, Carlos Ferraz, Innovation Manager de Hemav, empresa española que cuenta con un sistema de Inteligencia Artificial que utiliza datos agronómicos y tecnología dron, comenta que el sistema de precisión permite a las empresas optimizar costes, conocer el estado real de sus cultivos.
Para recoger la información se utilizan datos que vienen de drones, de satélites, de avionetas, de información proveniente de los agricultores y todo es unificado es un sistema de procesamientos para la obtención de datos, donde con inteligencia artificial ymétodos estadísticos avanzados se logra conseguir la información. La información que se entrega al agricultor está ya procesada y se encuentra en un sistema donde puede monitorizarlo semanalmente.
Dentro de este sistema de análisis las capturas que se realizan ayudan a determinar por medio de la luz el estado de la planta y sus necesidades. Todas estas técnicas tecnológicas son complementadas con estudios de laboratorios a las plantas.
Además, esta puede proporcionar información para programar los tractores y darle un formato y la información en el que se calcula cuántas semillas hay que poner en cada centímetro del suelo y luego el tractor dosifica las semillas. El costo de esta técnica es de unos 10 euros por hectárea y año.
En este camino de la innovación agropecuaria está H2Hydroponics se caracteriza por tener plantaciones hidropónicas, es decir una técnica en la que la tierra ya no es necesaria para producir y se basa en administrar a las plantas los nutrientes a través del agua del riego y proporcionarles un sistema de soporte donde crecer.
Según Salvador Ruiz, director de ventas, esta técnica permite ahorrar hasta un 90% del agua necesaria en comparación con la agricultura tradicional, evitando contaminación del suelo y mantos acuíferos por la aplicación de fertilizantes y pesticidas al suelo.
Esta técnica de riego no es reciente, pues data de la antigüedad, ya que en los Jardines de Babilonia ya se utilizaba este sistema. La aplicación de estas nuevas técnicas puede ayudar a crear una mayor producción en los mismos terrenos de cultivo y proveer los alimentos necesarios ya que en el últimos 10 años la producción creció un 3%.
Fuente: El Mundo