La especie de cítrico que más ha crecido en la última década ha sido la mandarina. Las exportaciones totales de cítricos el 2005 alcanzaron 76 mil tons, con US$ 47 mill. Las plantaciones de mandarinas se concentran en la IV región con 48% del área total, (Clementinas de media estación de la variedad Clemenules) generando una elevada estacionalidad de exportación. El principal factor de calidad exigido por los consumidores de cítricos es la ausencia de semillas. Las Clemenules se polinizan con otros híbridos de mandarina, generando semillas. En este escenario surge la necesidad de tener variedades de mandarinas que no produzcan semillas. La industria citrícola se ha desarrollado sobre la importación de variedades desde afuera, determinando una dependencia absoluta del desarrollo genético extranjero. Surge la necesidad crítica de desarrollar esfuerzos de mejoramiento genético en Chile para desarrollar variedades propias sin semillas, mejor adaptadas a las necesidades reales de nuestra industria. Esta permite independendizarse de los fitomejoradores extranjeros. Además, la inversión en estas tecnologías es un buen negocio para viveristas, productores y exportadores. Para obtener frutos sin semillas existen diversas estrategias ya probadas. Una consiste en buscar triploides espontáneos por rescate y cultivo in vitro de embriones en semillas pequenas de fruta madura. Otra se basa en irradiar brotes para generar esterilidad por mutagénesis inducida con radiación gamma. Una tercera alternativa se basa en la fusión de protoplastos con germoplasmas de diversa ploidía para generar tejidos triploides. Todas estas alternativas son consideradas en el desarrollo de este proyecto. Con este propósito nos encontramos realizando un convenio entre la Pontificia Universidad Católica de Chile, CIRAD-Francia y el Consorcio de Viveristas Aconcagua. También participan El Instituto Experimental para la Citricultura de Italia, la Universidad de California en Riverside y de cinco destacados Viveristas de Chile.