Las orillas del Mar Menor han sido durante años un símbolo de degradación ambiental. Pero un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), liderado por la catedrática de Tecnología de los Alimentos Cristina Soler, ha logrado transformar ese problema en una oportunidad. El proyecto Algarikon, financiado por el Ministerio de Ciencia y la Unión Europea, propone un modelo completo de aprovechamiento circular de las algas acumuladas en la laguna murciana; en concreto, de Caulerpa prolifera, un alga verde autóctona del Mediterráneo que prolifera descontroladamente en aguas someras con exceso de nutrientes.
05-nov-2025
Fuente: Fresh Plaza | Fotografía: Wikimedia Commons
"El proyecto empezó literalmente en la terraza de mi casa", cuenta Soler entre risas. "Soy murciana y tengo una casa en el Mar Menor. Un día, viendo el desastre de las algas y el mal olor con mi tío, me dijo: tú que eres científica, ¿no puedes hacer algo?".
Aquella frase fue el punto de partida. "Cogí una muestra, la llevé al laboratorio y probé a usarla como medio de cultivo para crecer hongos en placa Petri. Vimos que los hongos no solo crecían, sino que incluso fructificaban; entonces escribí un proyecto de investigación y reuní a un grupo interdisciplinar. Así nació el ciclo de Algarikon".
Hongos sobre algas: más productividad y más valor
El primer paso fue comprobar el potencial de las algas como sustrato. "Cultivamos setas, el producto que podría funcionar mejor, y descubrimos que producían más que en un sustrato convencional. De hecho, en La Rioja hicimos una prueba semiindustrial con 500 bolsas de 18 kilos y el rendimiento fue un 10% del superior habitual".
Una vez agotado el sustrato, el equipo exploró nuevas vías de valorización. "De ese material podíamos extraer compuestos para la industria alimentaria, como polisacáridos, enzimas o aditivos alimentarios, además de bioestimulantes agrícolas. Un centro tecnológico de Murcia probó los extractos con lechugas en cultivo hidropónico y los resultados fueron espectaculares: las plantas duplicaron su tamaño y mejoraron sus propiedades sensoriales".
No obstante, el proceso no se detuvo ahí. "Introdujimos todo el material en un biodigestor para producir metano", explica Soler. "El proyecto funcionó tan bien que nos otorgaron el Premio Mares Circulares 2024. Con ese apoyo fuimos más allá: tomamos lodos del Mar Menor y demostramos que era posible realizar digestión anaerobia en agua salada utilizando los propios microorganismos de los lodos del fondo del mar".
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue el comportamiento de la Caulerpa prolifera, un alga invasora que está desplazando a la flora autóctona. "Su digestión anaeróbica en agua salada producía incluso más metano. Así, una especie problemática se convertía en una fuente de energía", explica la científica.
El equipo logró además cerrar el ciclo completo: "El digestato resultante del biodigestor, rico en nitrógeno, puede reutilizarse como biofertilizante y suplemento para el cultivo de setas. De esta forma, nada se desperdicia".
De la investigación a la empresa
El éxito del modelo impulsó la creación de la empresa de base tecnológica Algarikon Mar Menor S.L., nacida en el seno de la UAM con el objetivo de escalar la iniciativa a nivel industrial. "El estudio económico realizado demuestra que el proceso es rentable a nivel comercial", confirma Soler. "Por eso decidimos fundar una empresa y solicitar un proyecto LIFE europeo para avanzar hacia la producción a gran escala. La parte del cultivo de setas ya está lista para comercializar el sustrato; las otras fases requieren inversiones mayores".
El proyecto ya ha generado tres patentes registradas, entre ellas una sobre el sustrato marino para hongos comestibles. "Da pena pensar que algo tan prometedor pueda quedarse parado solo por falta de financiación. Pero seguimos trabajando, buscando aliados y demostrando que se puede producir valor a partir de los residuos", comenta Soler.
"El Mar Menor puede dejar de ser un símbolo de crisis ambiental para convertirse en un referente europeo de innovación circular, y con Algarikon estamos demostrando que la ciencia puede transformar los problemas ecológicos en oportunidades económicas, creando soluciones reales para el medio ambiente y el sector agroalimentario".
Para más información:
Algarikon
www.algarikon.com