"La industria no está preparada para este salto en la demanda de cosecheros”

Juan Pablo Subercaseaux, Ingeniero agrónomo, especialista en mano de obra y profesor del departamento de Economía Agraria de la PUC / Mundoagro.

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08-oct-2024

Fuente y fotografía: Mundoagro

El ingeniero agrónomo analizó la necesidad de un visado temporal agrícola para dar respuesta a una temporada récord de cerezas. Además, se refirió a la búsqueda de soluciones de fondo y la incorporación de tecnologías en esta área.

El problema de escasez de mano de obra para el agro no solo es recurrente, año a año, sino que además es global. La migración de zonas rurales a urbanas es una tendencia mundial, explicada por aspectos sociales, culturales y económicos de las sociedades contemporáneas, lo que incide de forma directa en la disponibilidad de personas vinculadas al agro. Sin embargo, existen factores específicos que en el caso de Chile no hacen más que acentuar este desafío. Así, a la espera de una cosecha record de cerezas, una de las mayores incógnitas está asociada justamente a cómo podrá enfrentarse este desafío, que repercute no solo sobre la rentabilidad de cada predio sino además sobre la calidad de las frutas: la capacitación de la mano de la obra y las tareas hechas a destiempo son daños colaterales de un problema que merece un largo análisis.

En entrevista con Mundoagro, Juan Pablo Subercaseaux, especialista en mano de obra y profesor del departamento de Economía Agraria de la PUC, comentó el panorama sobre la disponibilidad laboral para la temporada 2024-25. Además, detalló expectativas para el futuro e hizo un análisis comparativo de acuerdo con temporadas anteriores de cosecha.

-¿Cuáles son los factores que provocaron que año tras año vuelva a darse este factor de déficit de mano de obra?

-Hay dos grandes factores. Año tras año son más las hectáreas de frutales, que son los cultivos más intensos en mano de obra del agro. El segundo factor es que las cerezas son uno de los frutales más intensivos en mano de obra. Por ejemplo, para el manzano se necesitaban cerca de 280 hombres al año, en cambio, en las cerezas requiere cerca de 480. Al ver las cifras, vemos que, en los últimos 30 años, el porcentaje de los trabajadores chilenos que está en el agro ha bajado del 19% al 6%.

-¿Cuáles son las expectativas del mercado laboral?

-Este año va a haber un aumento en la producción de cerezas de aproximadamente un 50%. Mi proyección, realizada el año 2022, era que la cosecha de este año sería de 120 millones de cajas, lo que va a significar un requerimiento de 30.000 cosecheros. Para la temporada pasada se proyectaban 100 millones de cajas, sin embargo, las condiciones climáticas generaron que solo se exportaran 83 millones. Hoy tenemos dos años acumulados, lo que genera este enorme aumento en la demanda de cosecheros. El desafío de mano de obra será duro, ya que la industria no está preparada para este salto. El gran aumento de mano de obra será en el mes de diciembre, porque ahí está el peak de cosecha. La cereza es hoy el frutal más plantado, mientras las especies con mayor hectareaje histórico (uva de mesa y manzanos) han ido disminuyendo su superficie en la última década.

-Este año se está pidiendo un visado temporal agrícola, ¿qué opinión tienes de esa propuesta?

-La visa temporal es una necesidad real. En Chile no existe la visa temporal de trabajo, puesto que los todos los inmigrantes ingresan como turistas, lo que les prohíbe trabajar, salvo que consigan un contrato y hagan un largo trámite para conseguir visa de trabajo. La migración temporal ha existido en forma ilegal, principalmente desde Bolivia. Desde la temporada pasada, se facilitó y operacionalizó el sistema de visa MERCOSUR, que permite el trabajo temporal de ciudadanos de países del MERCOSUR, lo que hace pensar que podrían llegar más cosecheros de Bolivia y Perú.

Hay que recordar que, entre los años 2014 al 2019 llegaron cerca de un millón de inmigrantes a Chile, lo que permitió disminuir el déficit de mano de obra. También, que entre el 2010 y 2014 el agro enfrentó una enorme escasez de mano de obra, que se solucionó gracias a la migración.

-¿Qué incidencia sobre el problema puede tener la incorporación de mayor tecnología o incluso la automatización de ciertas tareas?

-La tecnología y la automatización ha tenido, en el área de la agroindustria, un enorme impacto en los últimos veinte años. Un ejemplo es cómo se tecnificó la cosecha de ciruelas para secado, los arándanos para IQF, etc. Esta tecnificación también la encontramos en la poda y el raleo, pero las exportaciones de fruta exigen una cosecha más delicada, ya que frutas con heridas por cosecha mecánica que viajan treinta días es sinónimo de Botritis saliendo de la caja al llegar a destino. Hay desarrollo de robots y de drones que están logrando cosechar sin dañar la fruta, y ya hay países con mano de obra muy cara que han empezado a utilizarlos. La tecnología entra cuando el país se desarrolla económicamente, lo que permite mejores salarios para los trabajadores, y llega un minuto en que la inversión en tecnología se logra pagar. Recién ahí entra la tecnología.

-¿Crees que pueda haber soluciones de fondo para la mano de obra?

-Hay ciertas herramientas que ya están probadas y todas tienen costos. La misma inmigración que hubo en Chile, solucionó la problemática de mano de obra en el agro y en otros sectores, en forma tal que dejó de ser tema durante seis años. Pero, como todo en la vida, también tuvo costos para el país. Y en tema de seguridad, salud, educación y vivienda, los costos para Chile fueron muy altos.

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