La Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) es “el instrumento rector del desarrollo regional, (…) se la asume como un conjunto estructurado y coherente de proposiciones, destinado a negociar, coordinar e impulsar acciones públicas y privadas que se consideran indispensables para el desarrollo de una región” (SUBDERE). Permite planificar de manera colectiva el futuro deseado (imagen objetivo), definiendo las orientaciones estratégicas y las acciones que permitirán llegar a ese horizonte en determinado periodo de tiempo. Es, por lo tanto, la principal política de desarrollo de una región. Para su diseño e implementación es necesario considerar el correlato con las orientaciones y políticas de nivel nacional y con las políticas y lineamientos del nivel comunal, para que sea coherente y pertinente con las acciones que se implementan en las diversas escalas territoriales, logrando, de esta forma, mayor eficacia y eficiencia en las actuaciones públicas.