Desde el INTA AMBA, estudian su comportamiento esencial en los agro-ecosistemas hortícolas, cuáles son sus beneficios y las especies destacadas.
18-jun-2020
"La utilización de la flora funcional acompañante en los agro-ecosistemas hortícolas (lote productivo en invernadero o a campo) permite incrementar la diversidad vegetal a través de la implantación y selección de diferentes especies de aromáticas y ornamentales", define Eugenia Strassera, técnica del INTA AMBA.
Asimismo, agrega la técnica, que esta flora brinda otros beneficios como: modificar algunos parámetros físicos del suelo, mejorar el reciclaje de nutrientes y captación de radiación solar por parte del agro-ecosistema, optimizar la productividad, incrementar la biodiversidad asociada como los polinizadores, enemigos naturales, mejorando la polinización de los cultivos y la regulación de plagas, respectivamente.
Strassera añade que, además, la flora funcional acompañante brinda sitios alternativos de refugio, de ovoposición (donde colocan sus huevos) y alimentos alternos para que los enemigos naturales puedan incrementar sus niveles poblacionales y así regular naturalmente a las plagas, minimizando sus ataques en el cultivo hortícola de interés.
"Su éxito es sitio-dependiente ya que no es de aplicación universal (no es extrapolable). Es decir, que las asociaciones que son exitosas en un agro-ecosistema, pueden no serlo en otros, y es por esto que siempre deben ser evaluadas localmente", aclara.
La utilización de esta práctica "contribuye a reducir, en parte, la demanda de insumos externos como son los plaguicidas y en caso de ser necesaria una pulverización sólo se realizará cuando esté técnicamente justificada. Sólo se intervendrá cuando se superen los niveles máximos de tolerancia, definido como el máximo nivel de daño que tolera el cultivo sin manifestar pérdidas de rendimiento, por el ataque de la plaga en cuestión", agregó.
Requisitos para la selección de la flora funcional acompañante
Existen numerosas experiencias que al complejizar el agro-ecosistema hortícola, permiten fomentar, anticipar, sostener e incrementar la presencia de polinizadores y enemigos naturales en el lote productivo con resultados satisfactorios.
Strassera describe los requisitos necesarios para seleccionar las especies vegetales que formarán parte de la flora funcional acompañante: deben estar adaptadas a las condiciones edafo-climáticas de la zona productiva (características del suelo, horas de luz/sombra, períodos húmedos, de sequía, altas y bajas temperaturas, período de heladas y régimen de precipitaciones). En concordancia a lo mencionado anteriormente, la especialista del INTA AMBA recomienda las "plantas nativas y ecotipos fundamentalmente".
Por otro lado, las flores de las especies a seleccionar deben ser atractivas y de fácil acceso al néctar y/o polen (corola corta), para polinizadores y enemigos naturales; debe existir un escalonamiento de la floración, para garantizar la continuidad de la misma, y así extender el período de permanencia y establecimiento de los polinizadores y enemigos naturales. En este sentido, los enemigos naturales, dispondrán de alimento durante todos sus estados de desarrollo, de manera que estarán activos al momento que la plaga aparezca y puedan regularla en las diferentes etapas fenológicas del cultivo hortícola de interés.
Además, algunas especies tienen que presentar floración temprana para anticipar la presencia de enemigos naturales y polinizadores de presencia espontánea; no deben fomentar la presencia de artrópodos plaga (ácaros e insectos herbívoros), ni de enfermedades vegetales, ni de hiperparasitoides (parasitan parasitoides), razón por la cual, se deberían utilizar las especies que son preferidas por los polinizadores y enemigos naturales.
En caso de ser ubicadas a campo (aire libre) en franjas, deberían tener bajo porte y resistir 3-4 cortes por año (opcional); se recomiendan las especies bianuales o perennes ya que las anuales no resisten los cortes y habría que sembrarlas cada 12 meses.
Finalmente se recomienda que en la mezcla de especies se incluya a las gramíneas para estabilizar la comunidad vegetal.
Especies destacadas
A continuación, María Eugenia Strassera destaca las especies vegetales que han sido favorables para formar parte de la flora funcional acompañante en otros países y en la Argentina: Zea mays (maíz dulce), Phaseolus vulgaris (poroto, alubia), Pelargonium hortorum (geranio de jardín), Lobularia maritima (alyssum), Eupatorium hecatanthum (falsa chilca), Achillea millefolium (milenrama), Ajuga reptans (consuelda media), Bellis perennis (margarita común), Campanula rotundifolia (campanillas), Carum carvi (alcarabia), Cardamine pratensis (mastuerzo de prado), Centaurea jacea (cártamo silvestre), Crepis capillaris (chicoria loquilla), Daucus carota (zanahoria silvestre), Galium mollugo (rubia silvestre), Geranium pyrenaicum (geranio), Hieracium auriantiacum, Hieracium lactucella, Hieracium pilosela (hierba de la salud), Hypochaeris radicata (radicheta o achicoria amarilla), Lathyrus pratensis (arveja de campo), Leontodon autumnalis (falso diente de león), Leontodon hispidus (falso diente de león), Leontodon saxatilis, Leucanthemum vulgare (margarita gigante), Lotus corniculatus, Medicago lupulina (trebolillo), Myosotis scorpioides (nomeolvides acuático), Primula elatior (prímula), Prunella vulgari (prunela o consuelda menor), Silene dioica (borbonesa), Silene flos-cuculi (flor del cuco), Trifolium pratense (trébol rojo), Veronica chamaedrys (verónica), Vicia sepium (vicia), Anthoxanthum odoratum (pasto oloroso), Cynosorus cristatus (cola de perro), Festuca guestfalica (festuca alba), Festuca rubra rubra (festuca roja), Poa nemoralis (gramilla), Poa pratensis (poa), Poa trivialis (poa común).