La alimentación saludable se ha convertido en una tendencia global que está generando una creciente demanda de alimentos inocuos, naturales y capaces de contribuir a reducir el riesgo de enfermedades. El sector de alimentos es estratégico para la economía chilena, con incidencia en el conjunto de la sociedad y con un efecto tractor para el resto de actividades productivas y económicas.
22-mar-2018
Genera un vínculo con la industria manufacturera, por ejemplo, para la fabricación de envases; actividades de transporte y logística, y turismo y gastronomía, entre otros. En este ámbito, el envase juega un rol fundamental, ya que existen oportunidades de mejorar la inocuidad del alimento a través de nuevos envases, más sustentables, que aumenten su vida útil (por ende disminuye el desperdicio alimentario) y sean más competitivos en costos.
A través del desarrollo de proyectos innovadores, se puede contribuir a la diversificación y sofisticación productiva en la industria de alimentos del país, logrando los más altos estándares de calidad, inocuidad, sustentabilidad y calidad de vida, permitiendo abordar estas nuevas tendencias globales.
Chile podría acceder a un mercado potencial de exportación de US$ 4.000 millones al año, convirtiéndose en referente mundial debido a sus condiciones fitosanitarias y agroclimáticas, pero es importante incorporar la innovación a la economía, y esto incluye la industria alimentaria. Y ese es el desafío que tenemos como país: impulsar innovaciones y conectarlas con las industrias.
Por eso, en el Centro de Innovación, Emprendimiento y Tecnología de la Universidad Adolfo Ibáñez(CIET UAI) hemos desarrollado un modelo de apoyo al emprendimiento, que se basa en combinar el conocimiento experto que tiene la academia y la empresa, sumado a una conexión empresarial con entidades extranjeras. Hemos utilizado ese modelo en la industria de energía solar, con el programa Solar Academy; en el sector agroalimentario y forestal a través del concurso La Papa; con la industria de telecomunicaciones, impulsando Emprende Claro, NFC Challenge e IoT Challenge; y ahora sumamos al rubro alimentario por la marcada tendencia del nuevo consumidor.
Abordamos la industria alimentaria a través de la innovación en packaging, lanzando el programa InnovaPack en conjunto con Ariztía, la Cámara Franco Chilena, y con el apoyo de Corfo. Hemos sumado esfuerzos, donde la academia apoyará a los emprendedores en las metodologías de innovación y emprendimiento a través de un programa de capacitación que incluye cursos y talleres prácticos en la Universidad Adolfo Ibáñez.
La empresa apoyará con el conocimiento de cómo hacer negocios en esa industria en particular y realizará talleres y mentorías grupales y/o individuales. Además, los participantes accederán a la experiencia internacional a través de visitas de expertos franceses y los tres ganadores serán premiados con una Misión Comercial a Francia, donde visitarán la Feria SIAL de París. Esto permite tener contacto con las empresas del rubro de todo el mundo y conocer las innovaciones mundiales que están apareciendo en el mercado.
Este modelo funciona a través de convocatorias, donde se presenta al ecosistema emprendedor un desafío específico, en el caso de InnovaPack es: "Buscamos emprendimientos innovadores, competitivos y sustentables para el packaging de pollos y pavos frescos, para potenciarlos y conectarlos con la industria alimentaria mundial."
Los emprendedores, cada uno desde su punto de vista, presentan propuestas de solución al desafío, con lo cual se construye un portafolio de soluciones que se impulsa (entre la academia y empresa) en un periodo aproximado de ocho meses, para luego seleccionar a los mejores, evaluar su potencial y comenzar una implementación. Al final del proceso, los emprendedores quedan insertos en la industria, donde podrán identificar nuevas oportunidades y fortalecer sus emprendimientos.
Responder a las demandas
Las oportunidades futuras no están solamente en los envases, la industria alimentaria evoluciona constantemente y la tecnología juega un papel importante en este sector. Los avances científicos y técnicos permiten hoy producir alimentos y bebidas que se adaptan mejor a las demandas de los consumidores de una manera segura, con procesos productivos más sostenibles y eficientes, cubriendo la demanda de mercados globales.
Por ejemplo, los envases biodegradables y/o comestibles contribuyen a hacer más sostenible a esta industria; los ingredientes funcionales y la encapsulación ayudan a hacer más saludables los alimentos; y las altas presiones y otros estabilizadores naturales permiten reducir la cantidad de químicos que se incorporan a los alimentos. El llamado es a plantear desafíos al ecosistema de emprendimiento para que puedan responder a las demandas de este nuevo consumidor.
Fuente: El Mercurio