Se lanza oficialmente Espumante de Grosellas, obtenido con el método champenoise

En 1923, a las orillas del río Huemules, Carlos Sáez Oñate y su esposa Felicinda Roa Sánchez comenzaron a preparar la chicha de grosella. El brebaje se volvió una tradición para la familia de ambos, y hoy su hija Palmenia Sáez Roa se ha encargado de materializar y difundir esta tradición. Su misión es que llegue a un nivel comercial, y por ello formaron la cooperativa Patagónica de Agroturismo Saltos del Huemules, compuesta en la actualidad por siete integrantes.

Desde diversas conversaciones sostenidas entre los miembros de la cooperativa, surgió la idea de realizar un espumante de grosella. El camino comenzaría con la adjudicación de un proyecto apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, del ministerio de Agricultura, junto al Gobierno Regional a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional FIC-R, buscando con ello visibilizar el patrimonio del territorio y el rescate de frutales endémicos como lo es la grosella. Además, ha recibido diversos apoyos de CORFO, INDAP y ahora ProChile.

"Son dos tipos de rescate: el de la tradición y del propio fruto endémico de la región. Con esta iniciativa sentimos que estamos aportando al territorio en ver nuestros propios productos de otra manera y que permitan acercarse de otra forma al consumidor", explicó Franco Uribe, presidente de aquella cooperativa y nieto de Palmenia, quienes hoy poseen media hectárea de cultivo de grosella y además la obtienen por medio de recolectores del sector.

La travesía ha implicado para este producto -hoy denominado Konkashken que significa "valle del río" en honor a los antiguos habitantes tehuelches- la realización de diversas pruebas con el fin de alcanzar la denominación "espumante" a través del método champenoise -estilo espumoso perteneciente a la región francesa- con tiempo de crianza en botella de nueve meses.

En la actividad llevada a cabo hoy en el lugar de producción del Konkashken, Franco Uribe, anunció oficialmente la denominación de "espumante" del brebaje, con un proceso totalmente natural, alcanzando en su segunda fermentación CO2 no artificial, y que permitirá ser comercializado con esa distinción, al ser reconocido por la División de Alcoholes del SAG. En el evento participaron el ministro de Agricultura, Carlos Furche, la Intendenta de la región de Aysén nombre de la Intendenta, la directora ejecutiva de FIA, María José Etchegaray, y el Seremi de Agricultura, Horacio Velásquez.

"Sin duda aquí hay innovación y que recoge parte de la historia asociada a la colonización de este lugar. Los primeros colonos trajeron grosella y con el pasar del tiempo se hizo endémica. Ahora se le agrega un valor, generando un espumante de grosella único. Todo lo que apunte a valorizar el territorio, a las características locales, sobre todo en una región como esta que tiene muchas singularidades de gran pureza, natural, aguas prístinas, sin utilización de ningún tipo de agroquímico, le va a agregar ingreso a quienes lo producen, y le dará identidad a la región de Aysén", señaló el ministro de Agricultura Carlos Furche.

"Desde FIA ha sido importante apoyar a la agricultura familiar campesina y a los productores que rescatan, protegen y valoran, por medio de la innovación, productos endémicos y preparaciones que son parte del patrimonio agroalimentario", sostuvo la directora ejecutiva de FIA, y agregó que, "sin duda que este es un ejemplo de rescate y puesta en valor del conocimiento tradicional, donde se entrega la posibilidad de generar una vitrina comercial para sus productos, gracias al trabajo asociativo de esta cooperativa".

Konkashken logró oficialmente la denominación de espumante con método champenoise luego de probar varias veces la segunda fermentación con métodos naturales. Las autoridades y visitantes pudieron conocer los cultivos de grosella y las instalaciones desde donde nace este brebaje.

Se han mantenido ciertas características de la grosella respecto a su sabor agridulce, por lo que, según explicó la agrónoma Magdalena Mansilla, quien ha coordinado este proyecto, "ambas versiones del brebaje -grosella verde y rojo- ofrecen en boca un buen volumen, con gusto a frutos cítricos y que sentirán que está marcado por una agradable acidez que aporta frescor a la degustación".

Konkashken espera rendir honor al nacimiento de este producto, como también hacer referencia al ecosistema en donde se encuentran las plantas ancestrales de grosella, introducidas en la Patagonia en el sector Cerro Galera, por la familia Sáez Roa.

Fuente: FIA