Comer trufas es sinónimo de exquisitez. Tener la posibilidad de consumir este producto es una posibilidad a la que pocos países tienen acceso. Sin embargo, Chile se ha convertido en un país productor y las cosechas chilenas en poco tiempo han encontrado un nicho internacional interesado por el hongo culinario. Brasil se presenta como el posible nuevo mercado, apertura que permitiría a Chile posicionarse aún más como productor del delicatessen.
22-ago-2017
La trufa negra de invierno (Tuber melanosporum) es un hongo que tiene sus orígenes en Italia y que comenzó a cultivarse en Chile en 2001, gracias al impulso dado por Fundación de Innovación Agraria (FIA). Su sello es el aroma, el cual potencia otros alimentos tanto en sabor como aroma. Al paladar se comporta como un champiñón, pero es su aroma especial el que lo hace ser reconocido como el "diamante negro" de la gastronomía. Los potenciales mercados de la trufa chilena se dan en Estados Unidos, Japón, Alemania, Inglaterra y el Mercosur. Brasil pertenece a este grupo y es éste el país que ha despertado interés en la producción chilena, al ser conocido por consumir importantes cantidades de trufas. Su consumo previo se debe a que compra trufas provenientes desde Italia, convirtiendo a este país en principal competidor de Chile en Brasil, aunque mucha de la trufa corresponde a otra variedad, la trufa de verano, que no se produce en la misma temporada. Para profundizar en la eventual apertura de mercado, Portalfruticola.com conversó con Rafael Henríquez, quien es Director de la Asociación Gremial de Productores de Trufas de Chile (ATChile) y además, gerente técnico de Agrobiotruf, empresa pionera sobre el cultivo de trufas en el país. "Para la trufa chilena llegar a Brasil es importante. Es un país que está cerca y eso significa que los tiempos de entrega serán menores. Esto es importante porque el producto debe consumirse fresco". Quien lideró esta prospección de mercado en Sao Paulo, fue la Asociación de Truficultores de Chile quienes desarrollaron un proyecto ProChile el año 2016, donde un grupo de truficultores testeó el mercado brasileño y comprobó las posibilidades de entablar negocios con el país. Además de resultar positivo este punto la investigación en terreno, permitió saber que otras variedades de trufas también se consumen en Brasil. Como consecuencia del Proyecto de Prospección en Sao Paulo y la intervención de Prochile, el Servicios Agrícola y Ganadero (SAG) realizó las gestiones ante el Departamento de Sanidad Vegetal (DSV) de Brasil para aprobar el ingreso de la trufa chilena a este país, lo cual e logró recientemente. El siguiente paso es ir en búsqueda de compradores interesados en adquirir el producto gourmet, en lo que ATChile ya se encuentra trabajando. "Hasta la fecha sólo estaba autorizada la trufa proveniente de Italia, ahora también lo está la chilena. La ventaja es que tenemos el mercado al lado y si lo hacemos bien tendremos una ventaja competitiva muy favorable", consigna Henríquez. Según los antecedentes que maneja ATChile, la producción nacional en 2017 más que duplicó a la anterior, pasando de 150 a 450 kilos esta temporada. De éstos, 50 kilos aproximadamente son consumidos en Chile, mientras que el resto son un potencial producto que puede ser exportado. Nada mal para un negocio que comenzó a exportar entre 2012-2013, el cual inició con un envío de una muestra a Europa. Producida entre las regiones de O'Higgins y Aysén, la trufa es exportada principalmente a Norteamérica y Europa, por lo que la apertura del gigante latinoamericano abre nuevas oportunidades para este producto. "No tenemos cifras sobre cuánto podrían ser los envíos a Brasil, pero tenemos el ejemplo de Estados Unidos que a fecha exportamos 150 kilos aproximadamente", dice Rafael Henríquez. La cosecha de trufas negras de invierno se dan en los meses de junio, julio y agosto, por lo que la actual recolección está a semanas de finalizar. Ventajas y desafíos El clima de Chile es una ventaja para la calidad del fruto. El país tiene un clima mediterráneo con invierno y verano bien establecidos, lo cual permite un óptimo crecimiento de las hojas de los árboles, además de permitir al hongo que se metabolice y expanda de manera correcta. "La trufa necesita un clima mediterráneo marcado para exacerbar sus aromas. Una parte importante de la producción australiana se pudre porque está en un clima más cálido que el chileno y eso es una ventaja para nosotros", comenta Rafael Henríquez. Y agrega "la combinación que tenemos entre el suelo y clima nos está dando trufas de muy buena calidad. Con las investigaciones que hacemos en el país y el trabajo de ATChile de traer periódicamente expertos internacionales, ha permitido cosechar un mejor producto, lo cual es ratificada internacionalmente, tal como lo hizo el destacado investigador francés Pierre Sourzat, quien nos visitó recientemente". Sobre los desafíos que tiene la industria, desde Agrobiotruf enfatizan en que los objetivos están puestos en aumentar la cantidad actual de hectáreas llegando a 800 o 1.000 hectáreas plantadas de trufas. "Así seríamos un actor relevante en el mundo de la comercialización de trufas". "Hoy la truficultura es parte del abanico productivo de Chile y es una gran oportunidad para los agricultores", finaliza.
Fuente: Portal Frutícola