Proyecto apícola ganó VII Premio a la Excelencia Científica 2017

La premiación se realizó en Honduras, durante un encuentro en el que científicos de 16 países analizaron los avances de más de 20 proyectos de adaptación y mitigación del cambio climático para la agricultura familiar, desarrolladas por las instituciones de la región.

El galardón fue otorgado por Fontagro, mecanismo de cooperación regional que promueve la innovación en la agricultura familiar, la competitividad y la seguridad alimentaria y que es patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

La nueva plataforma, que ya está en funcionamiento, se denomina RedLAC y está conformada por más de 85 investigadores que trabajan en red con 265 técnicos territoriales y más de 6.000 apicultores.

Algunos de los primeros resultados de la red incluyen la creación de una licenciatura en apicultura para el desarrollo (aprobada por el Ministerio de Educación de Argentina) y el desarrollo de 10 productos diferenciados con certificación de calidad que ya llegan a las góndolas de forma directa.

El proyecto fue liderado por el investigador argentino Enrique Bedascarrasbure, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y profesor de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen) Argentina. Fue ejecutado con apoyo del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf) de República Dominicana, el Instituto Nacional de Innovación en Tecnología Agropecuaria (INTA) de Costa Rica y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de Uruguay.

Fontagro fue creado en 1998 y está integrado por 15 países miembros. Ha cofinanciado más de 100 proyectos e iniciativas por un monto aproximado de USD 88,7 millones. Los países que lo componen son: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Comentario

Durante los últimos cinco años, un equipo de profesionales de la Universidad Católica del Maule (UCM), liderados por el Dr. Víctor Hugo Monzón, ha estudiado a las abejas nativas chilenas, desde su biología, comportamiento, clasificación taxonómica, interacciones ecológicas con la flora nativa de Chile y también la importancia que tienen en la polinización tanto de la flora silvestre como de los cultivos agrícolas. Esta investigación se ha desarrollado en el contexto del proyecto financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) que ejecuta la UCM denominado: "Transferencia y Desarrollo de una Unidad Suplementaria de Polinización utilizando Abejas Nativas".

La iniciativa, pionera en la Región del Maule, se basará en la crianza y masificación de una especie de abeja nativa, que permita incrementar la producción en el sector agro frutícola de esa región del país. El Dr. Monzón precisó que las abejas tienen un rol fundamental en la polinización de los cultivos frutales y la biodiversidad botánica.

El 3 de julio recién pasado, en un seminario en la Universidad Católica del Maule, los investigadores del Laboratorio de Ecología de Abejas de la UCM presentaron los resultados de los estudios realizados en unidades experimentales de cerezos, arándanos y paltos, siendo este último cultivo el que concentra la mayor cantidad de abejas nativas.

Las abejas nativas solitarias conforman el grupo mayoritario de todas las especies de abejas existentes en el mundo, representando más de un 90%. Como su nombre lo sugiere, estas abejas no son sociales, por lo que no viven en panales como la abeja de miel, sino que son gregarias, es decir, viven una al lado de otra.

Fuente: Agrimundo