Calor extremo: agrofruticultores afinan riego, protección de huertos y planes contra incendios

La DMC activó una alerta por temperaturas extremas entre Coquimbo y Ñuble, con máximas cercanas a 37°C entre el 29 y el 31 de diciembre. En plena temporada, el foco para los huertos está en evitar estrés hídrico, daño por sol, pérdidas de condición y riesgos operacionales.

29-dic-2025

Fuente y Fotografía: Diario Frutícola

La última semana de diciembre llega con un episodio de calor que obliga a la fruticultura a entrar en "modo contingencia". La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) emitió una alerta meteorológica por un evento de altas temperaturas extremas que se extenderá desde la Región de Coquimbo hasta Ñuble, con registros que bordearían los 37°C. El fenómeno, asociado a una vaguada costera, se proyecta desde la tarde del lunes 29 hasta la tarde del miércoles 31 de diciembre.

El escenario también elevó el nivel de respuesta institucional. Senapred declaró Alerta Roja regional por calor extremo en la Región Metropolitana y, para esos días, se esperan máximas entre 33 y 36°C según zona geográfica.

En paralelo, proyecciones meteorológicas advierten que en algunas localidades del valle central las temperaturas podrían incluso superar los 38°C, lo que incrementa el riesgo de estrés térmico en frutales y otros cultivos acelerando la demanda hídrica.

Evapotranspiración

Para el agro, el primer impacto es directo: más evapotranspiración y, por lo tanto, más presión sobre el riego y la uniformidad del sistema. Senapred lo resume con una recomendación clave para el sector: mantener hidratados cultivos, huertas y vegetación en general, ya que el alza de temperaturas incrementa la evapotranspiración y las demandas hídricas del cultivo.

La ingeniera agrónoma, actualmente trabajando en huertos cereceros, Constanza Carmach Piaggio, señala que en huertos frutales, esto se traduce en revisar caudales reales, tiempos de riego, filtros, presión y emisores, y ajustar frecuencia para evitar "bajones" de humedad en las horas más críticas. En predios con monitoreo, el uso de sondas o calicatas rápidas ayuda a confirmar que el bulbo se mantiene activo sin saturar.

El segundo frente es la fruta: días muy calurosos elevan el riesgo de daño por sol, deshidratación superficial, pérdida de firmeza y mayores desafíos de postcosecha por alta temperatura de pulpa, explica la profesional.

En la práctica, cobra valor proteger la canopia y evitar manejos que expongan fruta (por ejemplo, deshojes o podas intensas en plena ola), reforzar sombreamiento donde exista infraestructura (mallas), y priorizar aplicaciones preventivas autorizadas por cada programa técnico para reducir golpe de sol cuando corresponda.

Cuando sube el termómetro, la planta se defiende y baja su rendimiento. Desde la Facultad de Ciencias Agronómicas de la U. de Chile, el académico Rodrigo Callejas explica que el cultivo intenta enfriarse "a través de la evaporación o la transpiración", pero para eso "tiene que haber un sistema continuo… que permita tomar el agua"; de lo contrario, el huerto "va a colapsar". El estrés térmico no solo se ve en el fruto: el investigador Reinaldo Campos advierte síntomas nuevos o más frecuentes en uvas y cerezas, y remarca que sin hojas sanas no habrá fruta con la calidad requerida.

En una publicación técnica de INIA Quilamapu, el especialista en riesgo climático Raúl Orrego señala como generalidad que temperaturas "en torno a los 30°C" pueden generar estrés en las plantas, y el investigador Jorge Retamal agrega que cuando superan ciertos umbrales "y sin reposición hídrica, podría ser letal" para especies cultivadas en Ñuble como arándanos y cerezos. La investigadora Carla Hahn (INIA), enfocada en postcosecha, advierte además que las olas de calor pueden traducirse en "daños irreversibles" en fruta si no se actúa a tiempo.

La operación de cosecha y embalaje también requiere ajustes

En episodios de calor extremo, la recomendación productiva es concentrar cosecha en primeras horas del día, minimizar tiempos de espera al sol, asegurar sombra en bins y acelerar el prefrío para bajar temperatura de pulpa y proteger condición. Una hora extra de fruta "caliente" puede convertirse en una merma silenciosa que aparece en tránsito o a destino, señala la ingeniero agrónomo, Constanza Carmach.

El tercer eje es la seguridad de las personas. Con máximas cercanas a 36°C en la capital y el interior, aumenta la probabilidad de golpes de calor si no se toman resguardos.

En términos prácticos para cuadrillas, esto implica hidratación frecuente, pausas programadas, sombra real en puntos de descanso y redistribución de faenas pesadas fuera de las horas de mayor calor.

La fruticultura no puede desconectarse del riesgo de incendios forestales, que aumenta con calor, baja humedad y vegetación seca. En ese contexto, el Presidente Gabriel Boric insistió en reforzar medidas de prevención y evitar acciones que puedan iniciar fuego o chispas.

Para los predios, esto se aterriza en control de malezas y material seco en perímetros, mantención de cortafuegos, restricción de quemas, y especial cuidado con maquinaria (esmeriles, soldaduras, herramientas que generan chispas) en horarios de mayor temperatura y viento.

Con la alerta ya en curso, la recomendación transversal para los fruticultores, horticultores, agricultores en general, la idea es anticiparse día a día, ajustar riego y operación con datos en mano, proteger fruta y personas, y bajar al mínimo cualquier fuente de ignición.

En olas de calor, la diferencia entre una jornada exigente y una temporada con pérdidas suele estar en la preparación.

El calor no solo pega en la fruta de hoy: también compromete la floración de la próxima

Un reporte técnico difundido por el mundo exportador/científico (FDF/Frutas de Chile) recoge la visión del profesor Óscar Carrasco (especialista en cerezos), quien indica que en algunas variedades las altas temperaturas pueden gatillar problemas que derivan en "exceso de frutos dobles".

En el mismo documento, el especialista en riego de INIA Gabriel Sellés advierte que ha encontrado huertos con "inadecuada mantención de riego" y que la calidad de la próxima floración se afecta si se descuida el riego, incluso cuando la cosecha ya terminó.

Golpe de sol, ablandamiento y color: los daños típicos que el mercado castiga. Desde OPIA/FIA se cita a un experto de la Universidad de Talca que describe el "golpe de sol" como un proceso que puede terminar en necrosis del tejido, dejando fruta fuera de mercado, y plantea como manejo generar sombra con mallas o incluso rediseñar orientación del huerto para reducir radiación directa de tarde.

El mismo reporte FDF/ASOEX agrega que en especies en cosecha el calor excesivo aumenta la susceptibilidad al "ablandamiento", por lo que se debe extremar el cuidado en cosecha, transporte y embalaje. Para manzanos, el especialista Gabino Reginato (U. de Chile) advierte retrasos en formación de color y ventanas de cosecha más estrechas, además de postcosecha "más complicada" si persisten las olas de calor.

En INIA, la investigadora Yessica Salvadores enfatiza que "es fundamental ajustar el riego a las primeras horas del día", y el equipo recomienda apoyo con protectores solares (como caolín) y mallas para bajar radiación directa.

En la misma línea, una entrevista reciente a Rubén Almada (CEAF) resume el "paquete" de mitigación más usado en frutales: buen manejo del riego, protectores solares, mallas que reducen temperatura y la aspersión de agua sobre el dosel para enfriar por evaporación.

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