Harina de orujo de uva chilena promete revolucionar el control de la diabetes

Haproba, startup apoyada por Corfo, desarrolló el primer regulador glicémico natural a base de residuos vitivinícolas. Su innovador producto apunta a mejorar la salud pública y combatir el desperdicio de alimentos con miras al mercado internacional.

26-jun-2025

Fuente y Fotografía: Diario Frutícola

Haproba, una de las empresas innovadoras que la semana pasada presentó sus proyectos en el demo day del programa Consolida y Expande de Corfo, se dedica a transformar subproductos de la industria vitivinícola en ingredientes funcionales. Su innovación biotecnológica convierte residuos de uva en soluciones nutricionales, contribuyendo a la salud pública y la sostenibilidad.

La jornada, organizada por la Subdireccíón de Impulso para la Innovación, de InnovaChile, reunió a empresas de la Región Metropolitana beneficiarias de este subsidio de Corfo, con iniciativas enfocadas en los sectores de agroindustria, tecnologías de la información, minería y salud.

Desarrollar el "primer regulador glicémico para diabéticos" a base de harina de orujo de uva es una de sus innovaciones, la que busca mejorar la calidad de vida de millones de personas. Esta es la labor principal de Haproba, la empresa biotecnológica chilena que transforma pieles y semillas de uva en harinas, ingredientes y aditivos funcionales y nutracéuticos para diversas verticales de negocios y mercados.

Con esta innovación, Haproba aborda dos grandes desafíos de salud globales: el hambre y la obesidad, lo que se traduce en un impacto positivo en la salud pública, el medio ambiente y la reducción del desperdicio orgánico.

Para conocer más sobre esta innovación, Corfo Conecta conversó con Ángel Valenzuela, ingeniero comercial de la Universidad Diego Portales, y director general y fundador de Haproba, sobre el desarrollo de la compañía y el impacto de la adjudicación del programa Consolida y Expande.

-¿Por qué innovar con el orujo de uva?

He implementado diversas iniciativas a lo largo de mi vida, siempre en el ámbito de la innovación. El actual proyecto beneficiario del programa Consolida y Expande, "International Softlanding Haproba", es el resultado de un proceso que se inició en 2019 con las primeras conversaciones y la creación de la empresa. Para esto fue fundamental la interacción con el Centro de Nutrición Molecular y Enfermedades Crónicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde científicos habían explorado materias primas e ingredientes alimentarios ricos en antioxidantes, estableciendo un proceso de producción para preservar las sustancias activas del orujo de uva.

El orujo de uva es un subproducto que queda tras el proceso de vinificación, que tienen un alto contenido de sustancias activas, antioxidantes, polifenoles y carotenoides. Y me pareció muy interesante que este producto no estuviera siendo aprovechado en el mercado, por lo que decidí impulsarlo.

Ese mismo 2019, ganamos un proyecto Fondecyt, que nos permitió desarrollar un regulador glicémico a partir de este nuevo producto (orujo de uva). Esto nos ha permitido contar hoy con un regulador para pacientes diabéticos, presentado en un sobre de 10 gramos, que es la dosis diaria recomendada. La "harina" en sí, como producto base, puede ser consumida en una cantidad de 40 gramos al día disuelta en un yogur. De esta forma, se obtiene un regulador glicémico natural que, por su fibra y sustancias antioxidantes, equilibra los picos de glicemia que se producen en pacientes diabéticos, tanto insulino dependientes como no dependientes.

-¿Esta "epidemia" estaba a la vista?

Existe una preocupación creciente por laepidemia de niños insulino dependientes con problemas diabéticos. Esto ha sido un gran desafío para mí desde el principio, ya que al tener un material rico en fibra y antioxidantes, que no es comúnmente consumido, busco abordar la problemática del síndrome metabólico. Por ejemplo, actualmente, en Chile, la prevalencia de obesidad en escolares de primero básico alcanza el 25%

INTERNACIONALIZACIÓN

-¿El producto ya está a la venta?

Actualmente, tenemos un acuerdo con la empresa Blumos Solutec, un grupo con operaciones en Chile, Perú y Argentina. Estamos en la fase de certificaciones para comenzar la producción del producto no terapéutico, en este sobre de 10 gramos. No se presenta en formato cápsula porque buscamos transmitir la naturalidad del producto, que no contiene aditivos, algo que no se aprecia en otros formatos. Este sobre está dirigido al segmento B2C.

-¿Cómo les ha ido con la internacionalización y llegada a nuevos mercados?

Recientemente, regresé de un viaje a Japón, un país con una fuerte cultura de productos nutracéuticos. Allí interactué con la empresa Fuji Organic, que desarrolla muchas opciones de productos naturales que contribuyen a la salud. Cuando les presenté nuestra investigación asociada a este producto, mostraron gran interés. Estamos en conversaciones para enviar el producto a Japón, donde se buscaría comercializar bajo las certificaciones FOSHU, una certificación internacionalmente reconocida y prestigiosa para sustancias con carácter funcional y nutracéutico.

También estuve en Estados Unidos, interactuando con la doctora Daniela Barile, de la Universidad de UC Davis, en California. Ellos también tienen investigación asociada a los orujos de uva. Les informé que ya habíamos logrado producir y estabilizar el orujo de uva en términos de sustancias antioxidantes, y que lo habíamos caracterizado como un polvo muy parecido a la harina de 300 micras. Nos felicitó, porque es un producto muy adecuado para ser incorporado en cualquier matriz alimentaria. Por todo esto, el mercado internacional, consolidado en productos funcionales, es muy importante para nuestras proyecciones de ventas.

CORFO, UNA CARTA DE PRESENTACIÓN

-¿Cuál ha sido la importancia para ustedes de haberse adjudicado este Consolida y Expande de Corfo?

La adjudicación del Consolida y Expande fue una excelente noticia. Al proyectar nuestra salida al mercado, enfrentábamos el desafío de reestructurar nuestra infraestructura productiva para satisfacer la eventual demanda del mercado internacional. Este fondo nos permitió realizar modificaciones estratégicas en nuestra planta de producción, incorporando equipos que aceleran significativamente la escalabilidad de la producción.

Haberse adjudicado el Consolida y Expande ha funcionado como un sello de calidad al buscar alianzas o generar contactos con posibles socios. Esta carta de presentación ha sido, por lo tanto, crucial.

-¿Qué se viene en el mediano-corto plazo?

La interacción con distribuidores, fabricantes y profesionales vinculados a la industria del comercio internacional nos ha permitido identificar los primeros interesados en adquirir nuestro producto. En Brasil, por ejemplo, estuve en la empresa Natura, de una compañía gigante e icónica. Allí interactué con la señora Jenny Ling, gerenta de Innovación y Desarrollo e Innovación Abierta, quien ya conocía el material, pero no al productor. Se mostró muy satisfecha al saber que en Chile ya lo estamos fabricando, lo que nos abrirá la posibilidad de vender en otras industrias, como la cosmética y el cuidado personal, ampliando las aplicaciones del mismo producto.

También tenemos buenas perspectivas en Brasil, donde tuvimos una reunión con una empresa en Piracicaba, Brasil, que fabrica un tipo de harina para la industria acuícola y avícola, que es enorme en ese país. Cuando les mencioné el apoyo de la Corporación de Fomento de la Producción de Chile, de inmediato me consideraron como una empresa que estaba en un estatus diferente, al inicio de las conversaciones. Sin el respaldo de Corfo, no habríamos logrado ese nivel de reconocimiento.

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