En Chile anteriormente se decía que Santiago era el centro del ecosistema de los mejores negocios; Sin embargo, esto ha cambiado. Cada vez son más las personas que se atreven a impulsar innovación en otras regiones, gracias a su apuesta en los destinos turísticos.
30-ago-2023
Fuente: La Quinta Emprende | Por: Francia Romero | Fotografía: FIA
Cuando se habla de empresas con triple impacto se refiere al tipo de ellas que son rentables a partir de integrar en su modelo de negocio tres beneficios: social, ambiental y económico. En el mundo corporativo cada día son más las compañías que buscan desarrollar sus procesos y operaciones integrando aspectos que se alineen a estos modelos de desarrollo.
Pero ¿qué pasa desde el emprendimiento? ¿Es posible desarrollar negocios rentables financieramente y que además puedan tener impactos positivos para el medio ambiente y la sociedad?
Según análisis de Gedes, agencia especializada en desarrollo y planificación territorial y agente intermediario de Corfo y Sercotec en más de 30 programas e instrumentos de financiamiento, evidencia que las regiones de Chile poseen importantes ventajas competitivas asociadas a su capital natural para impulsar negocios de triple impacto.
Entre las aristas principales de estos proyectos está el cultivo de alimentos en el extremo norte y la pesca responsable en la zona sur, pasando por el turismo de intereses especiales en el norte grande y la agricultura regenerativa para la conservación de los suelos en la zona central.
En su análisis, por ejemplo, lo que ocurre en la Región de Arica y Parinacota es un caso interesante, considerando además el rol de Chile como potencia agroalimentaria.
Una de ellas en la zona es la experiencia del cultivo de tomate, que se ha convertido en una referencia atractiva para la producción de alimentos. Además se han generado iniciativas para incentivar el uso de la tecnología para tener mayor eficacia.
En el caso de la zona centro-norte, la promoción del turismo se destaca por poseer una menor huella de carbono: hoteles rústicos y con una matriz energética solar, de menor escala, rescate de actividades ancestrales y gastronomía típica y la observación en cielos con menor contaminación lumínica.
En la zona central, el impulso a proyectos de agricultura sostenible es uno de los ejes más interesantes, de acuerdo al especialista de la agencia de desarrollo territorial.
Finalmente, en el sur, existe una activa comunidad de empresas certificadas de triple impacto (pertenecientes al Movimiento B), también se observan oportunidades a nivel de la producción de alimentos, específicamente a nivel de la pesca responsable, de acuerdo al ejecutivo.
"Las distintas zonas del país disponen de un capital natural muy interesante para impulsar emprendimientos sostenibles, con el propósito de desarrollar una industria más bondadosa y una economía más humana. Una cosa curiosa es que en el contexto de crisis económica también surge la creatividad y la innovación. Tenemos un terreno avanzando, y hoy estos proyectos buscan agregar cada vez más valor", dijo el gerente de la firma, Roberto Cervela.
"Ecosistema B" en Chile
Actualmente, Chile es la nación con más emprendimientos "B" (negocios certificados para cumplir con estrictos estándares verificados de desempeño social, ambiental, transparencia y responsabilidad) per cápita a nivel latinoamericano. Para Gedes, que también es Empresa B, el impulso a una economía con foco en el triple impacto será vital para fortalecer la competitividad del país en el mediano y largo plazo.
Sobre este punto, Roberto Cervela señala que el país puede liderar esta transición en América Latina, tomando como referencia su desarrollo económico, la percepción global de un país innovador para la región y las recientes políticas públicas en materia energética o en el contexto del cambio climático, añadió el ejecutivo. "Estamos avanzando en la dirección correcta, y la sostenibilidad ha pasado a ser un tema de estado y se está abordando con profundidad a nivel corporativo", advierte el experto.
Al mismo tiempo, desde Gedes destacan que las naciones más desarrolladas del planeta están retrocediendo en el impulso a proyectos de envergadura industrial. Una suerte de retorno a las bases o a enfoques más tradicionales que también se observa en varias regiones de Chile.
"Un caso interesante es el de la minería verde, donde en la Bolsa de Londres, por ejemplo, se transan minerales producidos de forma sustentable. En Chile, vemos que grandes empresas del sector están incorporando tecnologías hídricas y energéticas de punta. Esto partió de forma espontánea y ahora se está intencionando con un marco regulatorio, pero la idea es que en cinco o diez años pase a ser parte de la cultura y ADN de las organizaciones", concluye Cervela.