Santos Lozano, de Tecnoce S.L.: “Las variedades con crecimientos selectivos están siendo las más perjudicadas”
17-mar-2023
Fuente y artículo completo: Fresh Plaza
Fotografía: Pxfuel
El cambio climático es una realidad a la que se enfrenta la agricultura, cada vez más constatable y de mayor impacto sobre las producciones y su rendimiento económico; no obstante, a pesar de que está siendo más evidente en los últimos años, cabe recordar que la preocupación de la comunidad internacional por las repercusiones que tendría la variación climática a nivel global se materializó ya en 1988 en la creación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) por parte de la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
El estudio de los nuevos posibles escenarios para la agricultura y las estrategias de respuesta son ciertamente importantes y en esa línea trabaja Tecnoce S.L. desde hace 2 décadas.
"Tecnoce comenzó a investigar hace 20 años cómo dar rentabilidad a la agricultura de montaña, recuperar cultivos que se están perdiendo, y dar viabilidad al aprovechamiento de productos naturales. Los microclimas que tienen lugar conforme cambia la altitud y la orientación son un auténtico laboratorio natural para investigar cómo las variedades y genotipos de las plantas han ido evolucionando en los cambios climáticos naturales del pasado. Esta idea base estimuló a nuestra empresa a inspeccionar la agricultura y los centros de investigación que operan en los lugares más remotos del mundo: las selvas del centro de África, los desiertos al sur de Europa y las cumbres más altas del mundo".
Ante la necesidad de establecer alianzas, a partir de 2019, comenzó a impulsar una "red de cooperación internacional con organizaciones científicas de África Subsahariana, países MENA y Asia Meridional", explica Santos Lozano Palomeque. "Estas redes han generado interés en científicos de casi toda Europa, con los que se organizan consorcios que ayudan a los investigadores interesados en ampliar sus trabajos con vegetales y variedades desconocidas en Europa. La cooperación multidisciplinar internacional ayudará a entender cómo podemos proteger las producciones agrícolas de los efectos del cambio climático, y para ello tomamos las enseñanzas de la propia naturaleza mediante modelos comparados, y con un enfoque de geobotánica. Los consorcios ya se están presentando a programas de investigación europeos tales como Horizonte Europa o PRIMA".
"En Asia Meridional, donde vive la mitad de la población del planeta, se ha organizado un consorcio internacional de colaboración y cooperación científica junto con la Fundación Lumbini Garden, que es el partner principal en Nepal, Sri Lanka y Bután. Allí se trabaja con los centros de investigación situados a mayor altitud en todo el mundo, para estudiar cómo las variedades indígenas de los cultivos en los Himalayas se adaptan genéticamente a la altura. Esta línea de trabajo nos permite comprobar cómo se va adaptando la maduración de las frutas y hortalizas a los cambios de temperatura".
Porque, como explica Santos Lozano, los cultivos domesticados han perdido diversidad genética y las variedades comerciales se han ido seleccionando para aumentar su productividad en nichos ecológicos cada vez más pequeños, con rangos de temperatura muy definidos, que si bien es el resultado de un gran trabajo por parte de los obtentores, se está viendo obstaculizado por las rápidas fluctuaciones del clima. "Estas variedades con crecimientos más selectivos, pero con menor capacidad de adaptación, quedan mucho más perjudicadas por el cambio climático".
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