Académicos de la Facultad de Ingeniería y Ciencia de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) acaban de adjudicarse un proyecto FONDECYT Regular, por 4 años, para la investigación de microorganismos que se consideran beneficiosos para las plantas y que se conocen como PGPR o rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal.
27-ene-2023
Fuente: Mundo Agro
Fotografía: PxHere
Estos microorganismos tienen capacidades atractivas para el sector agrícola, como acelerar el crecimiento de las plantas o mejorar su tolerancia a estreses ambientales y plagas. Los investigadores involucrados son Bernardo González, doctor en Ciencias Biológicas e investigador principal del proyecto; y los co-investigadores, María Josefina Poupin, y Thomas Ledger, ambos doctores en Genética Molecular y Microbiología.
Al igual que el ser humano, que convive con una microbiota intestinal fundamental para cumplir distintas funciones biológicas, las plantas poseen una microbiota en sus tejidos, que está formada por bacterias y otros microorganismos. Parte de estos microorganismos son conocidos como PGPR y afectan distintas funciones en las plantas, a través de mecanismos que aún no son bien comprendidos.
A pesar de que los estudios de los PGPR y su uso agrícola son de larga data, Bernardo González explica que aún resta mucho por aprender acerca de este tipo de microorganismos y su aplicación en la industria. En este proyecto, que se realizará usando la planta Arabidopsis thaliana como modelo, se buscará entender cómo es la interacción entre un PGPR con el resto de los microorganismos que están ya asociados a la planta. Este estudio, permitirá hacer más eficiente el efecto de la introducción de los PGPR, ya sea para acelerar el crecimiento de la planta, y/o para protegerla de algún estrés (hídrico, temperatura, salinidad, entre otros).
"Estimular el crecimiento y salud de los cultivos, usando menos agroquímicos sintéticos y más soluciones basadas en la naturaleza, es un paso más hacia una agricultura sostenible, que conviva de mejor manera con el medio ambiente y que a la vez entregueventajas competitivas a los agricultores. Para ello la ciencia debe descubrir los mecanismos y el funcionamiento de este tipo de productos de origen biológico para que efectivamente puedan competir con los agroquímicos de origen sintético", sostiene el académico UAI.
Las estadísticas indican que, dependiendo de la planta, incluso hasta solo un tercio de los cultivos sembrados llegan finalmente al comercio y que, para un buen número de cultivos, más del 50% de los costos de producción en la mediana agricultura se asocian al uso de agroquímicos. Esto indica que hay espacio para que el uso de ciertos PGPR aumente la producción de manera costo-efectiva, y disminuya significativamente el uso de agroquímicos de origen sintético.
La investigación tiene un entregable evidente para la ciencia fundamental aportando conocimiento valioso en entender cómo interactúan distintos organismos en la naturaleza, pero también proveerá información útil para innovar en la agricultura de una manera sostenible, tanto por el ahorro en costos de nutrientes como en la prevención de pérdidas por patógenos, con resultados sorprendentes en la economía nacional", finalizó González.