Las cerezas, el fruto de moda en los huertos chilenos y en el que nuestro país es el primer exportador del mundo, están empezando a sufrir con el cambio climático. Debido al aumento de la temperatura registrado en los últimos años, un defecto en las frutas se ha hecho más recurrente. Se trata de cerezas dobles, con espolón y con rajadura, malformaciones por las cuales la fruta es descartada.
04-oct-2022
Fuente y fotografía: Simfruit
Aunque en el mercado interno son defectos que aparecen en ocasiones, en los huertos de exportación no se los cosecha, por lo que constituyen mermas. Chile es el actor más relevante en exportaciones del mundo, al quedarse con el 41 ,6% de los envíos en valor. Las malformaciones de los frutos fueron analizadas por los investigadores del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF), quienes comenzaron a desarrollar un bloqueador solar que apuesta a bajar la temperatura del árbol y con ello reducir la presencia de los frutos dobles.
"Nosotros estábamos investigando la biología reproductiva de las plantas de cerezos y en nuestros recorridos por los huertos vimos que había presencia de frutos dobles o gemelos, que son como dos cerezas que no se han separado, otros con hijo o espolón, en que el fruto tiene una protuberancia y otros que tienen una sutura o surco. Cuantificamos su incidencia y está iba entre el 15% que se daba en la variedad Santina y el 30% en la Lapins", explicó Rubén Almada, líder del grupo cerezas del CEAF.
"También consultamos en los packings de la zona y ahí también aparecían estás malformaciones con una incidencia de entre 5% y 7%. Las cifras implican una merma no menor", añadió el investigador.
Almada explicó el origen de la malformación: "Revisamos la bibliografía y había referencias en el extranjero, pero en Chile muy poca. Lo que lo provoca es la exposición de la planta a temperaturas superiores a 30 grados en los veranos, que es el momento clave en el desarrollo reproductivo. En ese periodo se está formando la yema floral y en su interior las flores. De haber estrés por calor, el impacto productivo se verá nueve meses más tarde, al momento de la cosecha".
"Más en detalle, Io que ocurre es que en el verano se están desarrollando los órganos de la flor, los pistilos, los que, luego de la polinización, se transformarán en frutos. Si hay estrés por calor, se desarrollarán pistilos dobles que finalmente generarán frutos dobles", describió.
Según señaló Almada, no está 100% claro por qué el exceso de temperatura provoca esto. "No se sabe exactamente, pero el exceso de calor podría alterar la cantidad de ciertas hormonas que están dentro de la yema floral y el estrés postcalor alterar la expresión de genes y con ello la morfología de la flor", indicó.
Debido al cambio climático la temperatura en Chile, como en todo el mundo, se está incrementando. "Los diferentes modelos indican que eso ocurrirá y por ende cabe esperar que con el cambio climático el problema se incremente", explicó Almada.
En ese contexto, los investigadores del CEAF, que estaban trabajando a nivel de ciencia básica con las cerezas, al constatar el problema en 2021, decidieron postular a un fondo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) para buscar una solución.
"Nuestra información nos había llevado a tener datos de la genómica del desarrollo floral en el verano, la incidencia de hormonas, entre otros, y en base a eso desarrollamos un protector solar, un componente activo que busca reducir el estrés de calor de la planta y regular el desarrollo floral", mencionó el investigador. Si bien en el mercado existen protectores basados en baños de la planta con caolín, un mineral que genera una película que actúa reflectando la luz, "se trata de una acción básicamente física, porque genera una barrera", comentó Almada.
El enfoque de los investigadores del CEAF, en cambio, argumentó el investigador, además de actuar como una barrera, tiene componentes que buscan activar los mecanismos de defensa antiestrés naturales que tiene la planta para que el desarrollo floral sea normal.
"El problema de los de caolín es que depende mucho del momento de la aplicación. Nosotros en cambio no solo queremos disipar el calor, como con el caolín, sino también regular aspectos fisiológicos de la planta", indicó.
La primera aplicación del protector del CEAF se hizo en el verano pasado en huertos de pequeños productores de la Región de O'Higgins. "Hicimos análisis fisiológicos de la planta y conseguimos bajar su temperatura entre dos y tres sagrados Celsius y están mucho mejor hidratadas respecto a las plantas testigos que no recibieron el tratamiento y que las que tenían caolín", señaló Almada.
"Como aplicamos en verano, en diciembre veremos la reducción de los frutos con malformaciones, pero tanto en fisiología, como en hidratación y en reducción de temperatura, los resultados a la fecha son muy promisorios", indicó.
Ante este avance, la directora ejecutiva de la Fundación para la Innovación Agraria, Francine Brossard, menciona que "Dado que Chile es el mayor exportador de cerezas del mundo, innovar en mejorar las condiciones del rubro es fundamental para mantenernos en esa posición y dar tranquilidad a nuestros agricultores".