Son bellas, extravagantes y, para muchos, desconocidas. Las orquídeas de Chile habitan en lugares que son cada vez más diezmados por el humano. De hecho, algunas están al borde de la extinción. Para protegerlas se requieren arduos esfuerzos, pero nada serviría sin sus microscópicos aliados: los hongos, aquellos que establecen una relación simbiótica con estas plantas a través de las micorrizas. Te contamos sobre un fascinante vínculo que se teje bajo los suelos, y cómo estos minúsculos hongos son claves para un desafío mayúsculo, como es recuperar a las orquídeas del país.
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