El estudio ofrece buenas prácticas en aquaponía por Embrapa, Brasil

Aunque presenta varias ventajas con respecto a los métodos tradicionales, todavía hay que superar varios cuellos de botella tecnológicos relacionados con su implantación y funcionamiento. También es necesario mejorar el entendimiento de los procesos físicos, químicos y microbiológicos para el tratamiento, el mantenimiento y el monitoreo de la calidad del agua, la sanidad de los peces y las plantas.

En este sentido, investigadores de Embrapa Medio Ambiente (Jaguariúna, SP) y de Symbiotec Ltda., Indican un conjunto de Buenas Prácticas de Manejo (BPM), que pueden aplicarse a la producción en múltiples escalas, así como en regiones con restricciones de agua, áreas rurales y peri-urbanas (Serie Documentos completos, en https: // www.embrapa.br/busca-de-publicacoes/-/publicacao/1092012/boas-praticas-de-manejo-para-sistemas-de-aquaponia ).

El objetivo es promover el perfeccionamiento del manejo y de los índices de productividad y sostenibilidad de forma continua, con base en indicadores de desempeño zootécnico, fitotécnico y económico.

Entre estos índices, están la necesidad de mantenimiento - factor determinante para el éxito de la producción - además de la suplementación nutricional para los vegetales cultivados, composición de la ración, temperatura y demás parámetros de calidad del agua.

Según el investigador de Embrapa Medio Ambiente Julio Queiroz, el indicador económico es muy importante. "Se deben observar los valores de mercado practicados, así como el valor agregado por el sistema aquapónico. Esto es válido para cada producto de origen animal y vegetal en sus diferentes fases, como la venta de alevinos o juveniles de peces, y, sobre todo, - productos vegetales diferenciados como el baby leaf - hortalizas como lechuga, berro y rúcula, entre otras especies, con hojas aún no expandidas completamente y cosechadas precozmente y microgreens - micro vegetales comestibles - hortalizas, hierbas aromáticas y legumbres, que son sorprendentes en términos de sabor y hacen bien a la salud, ya que los pequeños vegetales presentan de cuatro a 40 veces más nutrientes que en su fase final.

Julio explica que una de las primeras medidas es evaluar la eficiencia de los filtros, con una prueba rápida para determinar la concentración de amoníaco, nitrito y nitrato en el agua. El amoníaco es el principal residuo del metabolismo de los peces y de la degradación de los alimentos. Su acumulación resulta en la reducción de la producción, en el aumento del estrés de los peces y, consecuentemente, en el aumento de la aparición de enfermedades.

También es necesario analizar cada quince días los compuestos nitrogenados - amoníaco, nitrito y nitrato, e instalar, en la medida de lo posible, sensores de temperatura, pH y oxígeno disuelto para monitoreo de forma continua. Si la concentración de nitrato está elevada por semanas consecutivas, una parte del agua debe ser sustituida por agua limpia.

El conocimiento del potencial del efluente generado por los peces, en relación a la concentración de nutrientes exigidos por las hortalizas, es esencial. La determinación o el conocimiento de la digestibilidad de la ración puede facilitar la estimación de la densidad de peces más adecuada, lo que también permite determinar el valor nutricional de las dietas, los ingredientes dietéticos y cuantificar el volumen de las heces.

Otros puntos importantes son la estimación de la biomasa inicial de peces en función de la cantidad máxima de plantas que podrá cultivarse y la realización de biometría cada 30 días con cerca del 5% de los peces.

Los criterios adoptados actualmente, por el Ministerio de Agricultura Pecuaria y Abastecimiento (Mapa) definen que el animal necesita estar: sano, seguro, sano, cómodo, libre para expresar comportamientos naturales y sin sentimientos negativos. Es necesario estar atento a las cuestiones éticas de los consumidores, demostrando la importancia de la inclusión del bienestar de los animales.

Fuente: Red Innovagro