Un proyecto pionero en automatización de canales permitirá reaprovechar cerca de 429 hm3 de agua

Hace varias semanas escribí un post sobre las medidas adoptadas para mejorar la eficiencia en los canales de riego y las actuaciones que se han llevado a cabo en los últimos años en España para mejorar el uso del agua en estas infraestructuras. A partir de esta publicación y gracias a la ceremonia de entrega de los premios #Iagua2017, celebrada a finales del pasado mes de diciembre en Madrid, conocí a un responsable de la empresa Rubicon Water, especializada en mejoras de las infraestructuras de regadío y de abastecimiento, explicándome datos que me parecieron muy interesantes. Cuando el debate en España se centra en soluciones para aumentar la disponibilidad del agua, el presente post pretende evidenciar que aún hay camino por recorrer con otras soluciones que nos permitirían ser más eficientes.

12-mar-2018

En Australia se registró una sequía de 13 años, lo que llevó al gobierno a abordar la reducción de pérdidas en el agua de riego contabilizadas en 2.750 hm3

Una sequía de trece años

Entre 1996 y 2009 se vivió en Australia uno de los periodos de sequía más severos, con el descenso del caudal de los ríos que se redujo casi a la mitad en este período. Incluso antes y después de la sequía, se reconoció que las tasas de uso del agua de riego no eran sostenibles a largo plazo. En respuesta, el gobierno se comprometió a reducir las pérdidas anuales en 2.750 hm3, tal y como informa el Departamento de Medio Ambiente y Energía de Australia. Un elemento central del plan es lograr un equilibrio entre los resultados ambientales y sociales.

Hasta el 70% del uso del agua

Al igual que España, el 70% del uso de agua dulce en Australia se utiliza para el riego. Este país tiene alrededor de 2,5 millones de hectáreas de tierras de regadío, en escala similar a las 3,6 millones de hectáreas de España. La gran mayoría de esta agua se distribuye por canales de gravedad, que tenían un 70% de eficiencia, es decir, el 30% del agua se perdía antes de llegar a las parcelas.

Como el sector de riego era el mayor usuario de agua, el gobierno australiano concentró los recursos en mejorar la eficiencia del riego. Los gobiernos estatales también construyeron plantas de desalinización para abastecer a las ciudades, pero los costes de construcción y los altos precios de la electricidad significaron que el sobrecoste de la generación de agua a través de la desalinización era mucho mayor que el de llevar a cabo proyectos de modernización del riego. Con esta modernización de regadíos, el coste de las medidas sería de unos 4.000 euros por 1.000 m3, mientras que la producción de 1.000 m3 de agua desalinizada -sin contar la tubería de transporte- sería de entre 7.250-10.500 euros.

En Australia se llegó a la conclusión que el coste de la desalinización era muy superior al de implementar mejoras en los canales de riego

La mejor medida, evitar las pérdidas

Los esfuerzos de modernización de Australia comenzaron a finales del siglo XX con proyectos que identificaron las principales fuentes de pérdidas del sistema de canales. La mayoría de las pérdidas no provienen de fugas o evaporación, sino de la incapacidad de los operadores para controlar con precisión el agua utilizando estructuras manuales de control de canales. En un intento por evitar dar a sus clientes un servicio deficiente (caudales bajos e inconsistentes), los operadores liberaban mucha más agua de la necesaria. El exceso de recurso se derramaba inevitablemente al final del sistema y se perdía para un uso productivo. El otro gran problema era que el agua no se usaba productivamente en la parcela porque el suministro de agua no era confiable, no era uniforme y el agua debía pedirse con días de anticipación.

De este modo, el objetivo de la modernización del riego en Australia fue mejorar el control en los sistemas de canales. En ese momento, Rubicon Water era una empresa emergente que buscaba desarrollar soluciones tecnológicas para mejorar la eficiencia del uso del agua de riego. La compañía trabajó en estrecha colaboración con el gobierno y los académicos para desarrollar una solución que utiliza la tecnología de Internet de las cosas (IoT) para operar de forma autónoma las redes de canales.

La solución se llama Control Total de la Red - TCC (Total Channel Control), que generalmente involucra cientos de compuertas alimentadas por energía solar en red que trabajan juntas para medir y entregar agua con precisión. El proceso de suministro de agua es completamente autónomo, desde que el usuario hace su petición con su Smartphone, hasta que el punto de entrega-servicio se abre y cierra automáticamente para entregar el recurso necesario.

En el área de riego Goulburn-Murray se pretende ahorrar unos 429 hm3/año, el equivalente al recurso consumido en un año en Melbourne, una ciudad con cuatro millones de habitantes

En el área de riego de Shepparton, por ejemplo, se automatizaron 700 kilómetros de canales, que atendían a un total de 2.500 clientes. La eficiencia de distribución ha mejorado del 70% -antes de la automatización- al 90% después de las medidas adoptadas, liberando cerca de 40 hm3 de agua anualmente. En este sentido, el distrito de riego Goulburn-Murray está en proceso de desplegar la misma tecnología con objetivos más ambiciosos, pretendiendo ahorrar 429 hm3 anualmente, una vez que el proyecto esté terminado en 2018. Esta cantidad de agua equivale al consumo anual de la cercana Melbourne, una ciudad de cuatro millones de personas.

En la última década, la tecnología de la compañía se ha implementado en todos los distritos de riego más grandes de Australia. Ahora que las Comunidades de Regantes y Confederaciones cuentan con un servicio de suministro confiable ya pedido, el enfoque de los gastos de modernización del riego del gobierno se ha centrado ahora en las tecnologías en fincas.

Hoy Australia, mañana...

La tecnología posteriormente ha sido adoptada en los Estados Unidos, y más recientemente en Gansu Shanxi (noreste de China), una zona condicionada por el estrés hídrico del país y las provincias de Ningxia. En España a través de la empresa de riegos Regaber, la Comunidad de Regantes del Canal de Orellana en Extremadura ha estado utilizando la tecnología desde 2015. Si bien la implementación en Orellana no es completamente autónoma, sí ha proporcionado a los operadores un control mucho mayor, con el consiguiente ahorro de agua y mano de obra. Sin duda, una tecnología que abre un camino para mejorar la eficiencia en los canales de riego.

Fuente: IAgua

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