"Hay que incorporar el concepto de almacenar agua, como se hace en el norte"

Entrevista. Fernando Santibañez, doctor en Ingeniería Bioclimatológica de la Universidad de París y académico de la Universidad de Chile.

02-may-2017

Apesar de que se pronostica a partir de este año un ciclo climático más lluvioso, el cual incluso podría prolongarse por más de una década, el doctor en Ingeniería Bioclimatológica de la Universidad de París (Francia) y académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Fernando Santibáñez, explica que es necesario anticiparse a los eventos del futuro y adaptarse con tiempo a los efectos del cambio climático en la zona.

Es por ello que propone medidas como la construcción de pequeños embalses y protecciones contra las lluvias primaverales para los frutales, lo que ayudaría a los desafíos climáticos.

-¿Es efectivo que este año será más lluvioso para el sur del país?

-Los indicadores macroclimáticos señalan que nos acompañará un océano más caliente de lo normal, entre +0,5 y +1°C durante todo 2017. Cuando esto sucede, los frentes tienden a ingresar con más facilidad y se desgastan menos, pues tienen menos bloqueo de parte del anticiclón. Esto aumenta las posibilidades de tener un año normal a ligeramente lluvioso, al menos con lluvias más frecuentes que lo normal.

-¿Estaríamos hablando de un comportamiento fenomenológico, por el Niño solamente?

-En buena parte se puede afirmar que tendríamos un Niño de baja intensidad, pero no es el único indicador, también lo que llamamos la Oscilación Decadal del Pacífico viene en fase positiva hace ya un par de años y esta es una condición del Pacífico que tiende a favorecer que los años vengan con lluvias algo más frecuentes.

-¿Es de esperar que después de este año vuelvan los inviernos secos y fríos en Osorno?

-No necesariamente, pues hay muchas posibilidades de que este ciclo seco, que ya lleva más de 15 años, esté llegando a su fin y en algún momento pasemos a un ciclo algo más favorable, con mayor frecuencia de años normales a ligeramente lluviosos. Ahora sabemos que el clima chileno está sujeto a ciclos de cerca de 20 años, en que pasamos por períodos con mayor frecuencia de años secos y con mayor frecuencia de años lluviosos, eso es lo que provoca la Oscilación Decadal del Pacífico. Ahora estaríamos terminando una fase negativa que comenzó a fines de los años '90. Si las estadísticas no mienten, tendríamos por delante un par de décadas pluviométricamente más favorables, lo que no quiere decir que igual se vea interrumpida por años secos ocasionales.

Cuidados en el agro

-¿Es un buen momento para que los agricultores realicen acciones para recaudar agua a través de embalses, tal como ocurre en la zona central, por ejemplo?.

-Las tendencias de largo plazo en el sur son a la baja en la lluvia, lo que se nota más en la época estival debido al aumento que ha tenido la evaporación, dándole un aspecto más seco al verano. Esto nos sugiere que tendremos que cambiar nuestras estrategias e incorporar el concepto de almacenar agua, como se hace en el norte. Por la mayor pluviometría del sur, es probable que no se necesiten grandes embalses, sino medianas y pequeñas obras en gran número. A las pequeñas obras se les llama "cosecha de agua", pues pueden consistir en la captura de la escorrentia temporal de pequeñas quebradas y pendientes, que puede servir para agua de bebida animal o para regar pequeños perímetros, los que pueden multiplicarse en la Región.

-Por ahora hay reserva de forraje en la zona, pero pensando en el futuro, ¿sería bueno guardarlo y trabajar con variedades más resistentes?

-Este debiera ser un año de buen forraje, aún si no es lluvioso, pues las lluvias serán con cierta frecuencia. Como sea, el clima se ha tornado más variable que antes y las condiciones cambian abruptamente de un día para otro o de un mes para otro. Por esta razón el agricultor debe incorporar la lógica de trabajar con mayores márgenes de seguridad en todo, el forraje no es una excepción.

Siempre será mejor en estos tiempos pensar que en materia de forraje debemos ser cautos y tener buenas reservas, en el largo plazo un agricultor que haga esto tendrá un flujo más estable y mejor. Respecto de las especies, efectivamente es posible que haya que reforzar la composición actual de las praderas con especies más adaptadas a la sequía estival, con una rápida respuesta en cuanto comienzan las lluvias. Los cultivos forrajeros están jugando un papel muy estratégicos como herramienta para atenuar las variaciones en la disponibilidad de forraje.

Desafíos zonales

-¿Cómo debería afectar al sur del país el cambio climático en los próximos 10 o 15 años?

-De mantenerse las tendencias actuales, tendríamos inviernos más templados, veranos con temperaturas más variables (no necesariamente más cálidos, sino con mayor alternancia entre días cálidos y frescos), veranos más secos y lluvias ocasionales intensas con cierta periodicidad. Probablemente aire algo más húmedo y mayor incidencia de granizo.

-¿Cree usted que Osorno está preparado para adaptarse a los desafíos climáticos de los próximos años?

-Creo conocer bastante bien la Región y percibo un muy buen nivel de agricultores, con ideas y apego a la tierra, como en pocas regiones. Pienso que no les será difícil adentrarse en las innovaciones que exigirá un proceso de adaptación al cambio climático.

Es probable que los pequeños agricultores tengan más dificultad en adoptar las innovaciones, por los costos que ello implica. Es por eso que se requerirán planes de asistencia para que ellos puedan seguir el ritmo de la adaptación. El Indap tiene un papel estratégico en este proceso.

-¿Cuáles son las ventajas que los productores frutales, hortícolas y pecuarios pueden aprovechar del panorama meteorológico actual y futuro?

-La de disponer de un amplio espacio para la innovación, en una región donde todo está por hacer. Es necesario que se desarrolle una agricultura que no copie exactamente lo que se hace más al norte, sino que desarrolle un sello propio en materia de variedades, de sistemas de producción, de procesamiento. El desarrollo de una nueva agricultura implicará el desarrollo en paralelo de una agroindustria de procesamiento que agregue valor (...). Hay que recordar que esta es una región donde es necesario preservar su rico patrimonio natural. Conservación del patrimonio natural y desarrollo agrícola no tienen que ser contrapuestos. El desarrollo tiene que ser en alianza con la naturaleza, no contra ella.

-En su calidad de docente e investigador, ¿está realizando algún proyecto o nuevo estudio sobre este tema en la actualidad?

-Sí, varios. Estamos, con la ayuda de Conicyt haciendo un completo barrido de los riesgos agroclimáticos y los cambios que éstos tendrán, para bien y para mal, en las décadas que vienen, de modo de ofrecer la mejor referencia posible a los innovadores que vayan surgiendo en cada región del país.

También estamos haciendo, con ayuda del FIA un atlas agroclimático de Chile, donde hemos reunido la última información de las características agroclimáticas de cada rincón del país y cómo ellas cambiarán en las próximas décadas.

"Hay muchas posibilidades de que este ciclo seco de 15 años esté llegando a su fin y pasemos a un ciclo ligeramente lluvioso".

Fuente: Austral Osorno

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