En los últimos 10 la agencia de innovación del Ministerio de Agricultura, ha entregado un aporte valorizado en más de $5.700 millones, para aprovechar y mejorar el uso del agua en el sector silvoagropecuario y la cadena agroalimentaria asociada.
01-mar-2024
Fuente: cualestuhuella.cl | Fotografía: PxHere
El agua es un recurso indispensable para el consumo humano, la producción de alimentos, la actividad económica y el medio ambiente. Por este motivo, y debido a los efectos del cambio climático, para la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura, la gestión sostenible del recurso hídrico es uno de sus principales lineamientos estratégicos.
En este contexto, durante los últimos 10 años, la Fundación ha impulsado 119 proyectos por un monto cercano a los $5.700 millones, apoyando el desarrollo e implementación de innovaciones que contribuyan a mejorar la disponibilidad, la calidad y eficiencia en el uso de los recursos hídricos para el sector silvoagropecuario y y/o la cadena agroalimentaria nacional, con un enfoque sostenible y de gestión integrada.
En esta línea, se puede mencionar el desarrollo de tecnologías para el monitoreo y administración transparente del agua a gran escala. Para la pequeña agricultura, está la utilización de un gestor colectivo on line para la optimización del riego de las cooperativas y por otra parte, la implementación de sistemas hidropónicos que reducen hasta en un 40% el uso del recurso hídrico.
Entre los proyectos se puede destacar el trabajo junto a la Universidad de La Serena, quienes están desarrollando una plataforma modular de sistematización y análisis de datos que contribuya en la gestión hídrica organizacional y la toma de decisión bajo una perspectiva de cambio climático y eficiencia hídrica. Esta herramienta facilita la entrega de antecedentes objetivos, basados en datos, para determinar cuánta agua distribuir en cada temporada, liberando su uso de cualquier arbitrariedad.
En este sentido, la plataforma integra información clave y variables que permiten generar una curva de demanda diferenciada por estacionalidad según su destino, ya sea consumo humano, usos agrícolas u otros, optimizando la toma de decisiones a la organización encargada de administrar el recurso.
Esta innovación se asocia a un valor de transparencia y fiabilidad de la data, ya que cuenta con una forma más efectiva que los métodos tradicionales para programar su distribución, permitiendo el acceso directo a reportes, sin tener que procesar planillas de forma manual.
Actualmente, se trabaja con la junta de vigilancia del río Elqui, pero se espera que pueda incorporarse a nuevas zonas de producción.
La Universidad de Chile, con apoyo de FIA, han implementado el primer gestor colectivo on line para la digitalización de la programación y control del riego y fertilización basado en la Internet de las Cosas (IoT) permitiendo definir claramente el tiempo y frecuencia de riego por los productores. El proyecto está dirigido a agricultores con superficies menores a cinco hectáreas, asociados a la cooperativa CAPEL. Para lograrlo, se han implementado 53 unidades piloto de gestión del riego basado en el uso de sensores de suelo (sondas de capacitancia), permitiendo reducir los volúmenes de agua hasta un 40%.
Este dispositivo tiene el objetivo de fortalecer el conocimiento y manejos de las vides pisqueras a través del trabajo mancomunado de técnicos y productores de una cooperativa. Actualmente se han involucrado 100 agricultores, teniendo como meta incrementar el número de usuarios de la plataforma hasta alcanzar un potencial de 400 productores entre los valles de Limarí y Choapa.
En cuanto a la pequeña agricultura, se ha impulsado el trabajo de floricultores y frutilleros de las regiones de Valparaíso y Metropolitana, respectivamente. Esto en base a charlas técnicas, capacitación, tecnificación y acompañamiento a la hora de adaptar sus sistemas productivos tradicionales, incorporando la hidroponía como método de cultivo logrando ahorros de agua de 30 a 40 % en flores y hasta un 70% en frutillas, respecto del cultivo en suelo.
Cabe destacar que esta forma de producir es posible replicarla en distintas regiones del país, donde se presentan problemas de escasez hídrica. Además, sirven para regular nemátodos o enfermedades difíciles de combatir a nivel y/o en aquellos suelos que, por problemas de contaminación o presencia de malezas agresivas, tampoco están aptos para la producción agrícola.