Energías renovables para el agro: investigadores proponen la reconversión hídrica del Valle del Huasco

Fuente: Simfruit | Fotografía: Diario UChile

Un estudio realizado por el Programa Energías Renovables de la agencia alemana GIZ, sugiere suministrar agua a un precio competitivo al Valle del Huasco e interiores para suplir su demanda futura, en el contexto de la emergencia hídrica que vive el país.

Los parámetros considerados en el análisis fueron: el déficit hídrico proyectado en la cuenca; la demanda de agua de la minería, los requerimientos de la agricultura y el consumo humano; y la potencial producción de hidrógeno verde en la zona del puerto de Huasco.

La investigación consideró las zonas costeras industriales y la posibilidad de reconvertir las centrales térmicas de Huasco en nuevas plantas generadoras de agua, reutilizando la infraestructura eléctrica existente, así como, las líneas de transmisión.

De esta forma, se podría producir agua para la generación de hidrógeno verde; agua potable rural y urbana; y una nueva fuente para la agricultura, la industria y la minería en la cuenca, en un modelo integrado que permita el suministro eléctrico con energías renovables para el proceso de desalinización.

De esta forma se verificaría conceptualmente la factibilidad de tener un suministro continuo de agua desalada que complemente el suministro actual, utilizando como reservorio de la cuenca el embalse Santa Juana.

"Mediante el modelamiento de distintos escenarios es posible evaluar el impacto en el costo de agua desalinizada para los distintos usuarios, lo que unido a un análisis de las condiciones medioambientales y comunitarias permiten definir tempranamente las opciones tecnológicas más adecuadas", explicó Rodrigo Vásquez, coordinador nacional del proyecto RH2 de GIZ.

Todo indica que dentro de siete años el déficit en la cuenca del río Huasco podría llegar a 1,9 metros cúbicos por segundo, alcanzando un 3,3 a 2050. Esto llevó a proyectar una planta desaladora de 3,5 metros cúbicos por segundo de producción de agua al 2050, la que se debería materializar en dos etapas.

Del estudio se desprende también que los costos unitarios de producción de agua irían desde los 1,5 USD/m3 en la costa hasta los 10,2 USD/m3 en las zonas altas donde podrían ubicarse faenas mineras.

Finalmente, el análisis concluyó que la producción de agua desalada, como complemento a las fuentes hídricas continentales, sería de gran ayuda para que quienes utilizan el recurso en la zona puedan tener más independencia de las condiciones hidrológicas de la zona.

En definitiva, el proyecto promete mayor seguridad de abastecimiento para los distintos usuarios, aportando a la sustentabilidad de las actividades económicas y del desarrollo local, con la debida protección del medioambiente, así como de las comunidades de los territorios donde se emplacen las obras del proyecto.