Por Caroline Leon/ Jefa de Gestión de Proyectos CREAS
17-feb-2021
Fuente: La Quinta Emprende
El sector económico alimentario de Chile -y toda su cadena de valor asociada- hoy tiene un gran potencial para poder emprender e innovar en nuevos y/o mejorados productos y procesos, gracias a la gran riqueza de materias primas alimentarias de nuestro país que son reconocidas a nivel global. Actualmente, Chile se posiciona en el top ten en exportaciones en las categorías de uva y ciruela (tanto fresca como deshidratada), salmón, algas de uso industrial, mejillones, cerezas y arándanos, entre otros.
Al respecto, la actividad económica del sector alimentario nacional es la 2° más importante luego del cobre, que contribuye con el 18% del PIB nacional. Dada su importancia económica, en el país se han creado políticas públicas como el Programa Transforma Alimentos, que han propiciado un cambio en la mentalidad de la industria alimentaria nacional, buscando que ésta trascienda hacia un sector generador de alimentos más saludables para el mundo, y de este modo dejar de ser un país reconocido por su exportación de commodities y productos tradicionales de bajo valor agregado.
Del mismo modo, Transforma Alimentos también alienta a que el desarrollo de la industria alimentaria nacional tenga una visión de más largo plazo, donde la sustentabilidad, la sostenibilidad y el producir en sintonía con el medio ambiente son atributos deseables que agregan valor a la actividad económica. Es así como la industria nacional ha puesto interés en el desarrollo de nuevos alimentos, ingredientes y/o nutracéuticos a partir del valor saludable y funcional que poseen los descartes o desechos de sus propios procesos.
Todos estos antecedentes permiten sugerir en primera instancia que, cuando pensamos en innovar y emprender, una mirada al rubro alimentario puede ser una excelente decisión. Considerando que la demanda por este tipo de productos está representada por toda la población mundial, puesto que todo ser humano necesita alimentarse, partimos desde la base de que para nuestro emprendimiento siempre existirá ese potencial consumidor final.
Ahora bien, antes de emprender es necesario aclarar qué se entiende por innovación. La innovación se refiere a algo nuevo, mejorado, algo que adopta y/o adapta procesos, tecnologías o materias primas, que requieren de actividades de I+D para ser aplicadas a matrices alimentarias. Además, la innovación se detecta como tal cuando el proceso que se realiza para obtener el producto final deseado es complejo. A esta complejidad se le denomina incertidumbre técnica o mérito innovador.
Esta característica, que es propia de la innovación, es justamente lo en Chile se subsidia a través de agencias como CORFO y FIA. Emprendedores y empresas de todos los tamaños pueden acceder a fondos públicos concursables, que conceptualmente asumen entre el 50% y el 90% del riesgo financiero asociado a la gran incertidumbre que pueden poseer estas ideas innovadoras. Tales porcentajes dependen del tamaño de empresa y al subsidio al cual se postula.
En la actualidad, CREAS tiene una tasa de aprobación cercana al 70% en la adjudicación de subsidios dirigidos para empresas del rubro alimentario, lo que conlleva a que estas empresas o emprendedores puedan contratar los servicios de CREAS y desarrollar sus ideas innovadoras junto a nosotros, atreviéndose a innovar.
Finalmente, para emprender en alimentos se hace necesario prospectar el mercado y hacer un estudio minucioso de los potenciales productos competidores, segmentos de mercado y formatos de venta de los productos que competirán con nuestra idea, para que a partir de ese análisis se identifiquen los atributos que harán de nuestro emprendimiento algo diferenciado, novedoso, competitivo y sofisticado respecto a lo que existe.
Una forma de entender este proceso es poner atención en las nuevas tendencias alimentarias globales, tales como alimentos veganos que emulen características organolépticas de productos de origen cárnico; la diversificación de la matriz alimentaria disponible para personas que padecen alergias alimentarias, como celiaquía o la intolerancia a la lactosa; personas que buscan alimentos que prometan salud, bienestar y conveniencia; o alimentos sin sello, naturalmente saludables.
Las necesidades antes descritas se vuelven una oportunidad para poder innovar y emprender en la industria alimentaria. Para ver algunos casos de éxito, pueden revisar el Portafolio de Productos innovadores elaborados en CREAS aquí.