Mariane Lutz, de la U. de Valparaíso, explica por qué es el más caro del mundo.
03-ago-2017
Un kilo de almendras puesto en el mercado internacional cuesta unos 7 euros ($5.400). Uno de nueces o de pistachos, en torno a los 10 euros ($7.700 pesos). Y un kilogramo de piñón de pino o mediterráneo blanco pelado fluctúa entre 20 y 45 euros (de $15 mil a $35 mil).
Esta semilla es, por lejos, el fruto seco más caro del mundo y pese a que el árbol del que se extrae está presente desde hace 100 años entre Coquimbo y Los Lagos, Chile no le ha sacado suficiente provecho comercial.
Esto, tomando en cuenta que al 2013 habían sólo 100 hectáreas de plantaciones muy disgregadas con el fin de producir piñones, a las que se sumaron 650 hectáreas en las regiones del Maule y el Bío Bío en los últimos tres años. Una cifra muy inferior a los países tradicionalmente productores - encabezados por España-, que el año pasado representaron la mitad de la producción mundial, que llegó a 30 mil toneladas.
Su demanda esperada es del orden del 7% al 8% anual, lo que abre una atractiva opción de negocio, tomando en cuenta que la directora del Centro de Investigación y Desarrollo de Alimentos Funcionales de la Universidad de Valparaíso, Mariane Lutz, explica que Chile tiene 8,7 millones de hectáreas aptas para su cultivo, de las cuales 1,2 millones podrían ser de alta productividad. "Los estudios del Infor (Instituto Forestal) demuestran que en Chile la especie presenta condiciones fantásticas de crecimiento y producción, y se estima que el país podría transformarse en un proveedor mundial importante", asegura una entusiasmada Lutz.
¿Tienen estudios que hablen de cómo ha sido la experiencia de cultivarlo en nuestro país?
Es un cultivo exitoso en Chile, con una calidad comparable al piñón cultivado en su zona de origen, la Cuenca Mediterránea. De hecho, entre el 2012 y 2015 desarrollamos un proyecto asociativo en el que vimos cómo la calidad de los piñones de las macrozonas norte, centro y sur del país es similar, y ya vemos inversionistas nacionales y extranjeros interesados en su producción.
"No es ni dulce ni salado, por lo que combina perfecto en múltiples preparaciones"
"Excepcionales características organolépticas"
¿Qué tan especial es este fruto que uno podría ver hasta tirado en el suelo de los bosques de pinos?
Es bastante especial, pues contiene una composición química que revela su extraordinario aporte de nutrientes, compuestos saludables y energía. Todo esto asociado a unas características organolépticas extraordinarias: sabor, aroma, suavidad, cremosidad, además no es ni dulce ni salado, por lo que combina perfecto en múltiples preparaciones, potencia sabores de hierbas, especias y otros ingredientes.
¿Pero qué hace que sea el más caro del mundo?
Es considerado el diamante de los frutos secos por su versatilidad culinaria de carácter gourmet y sus propiedades saludables. Su demanda es muy alta y está creciendo, en la medida que se le reconoce cada vez más como saludable y exquisito, y su oferta es limitada. Incomparable con otros.
¿Es posible comparar al piñón de pino con otro fruto seco en términos de sabor o de versatilidad para cocinar?
Cualquier fruto seco con un alto contenido de lípidos, como es la almendra, la nuez o el pistacho, son muy valorados por sus características sensoriales. Sin embargo, todas estas semillas tienen un sabor distinto y muy intenso, con notas que le otorgan cierto amargor, a diferencia del piñón de pino.
¿Y qué pasa con otro tipo de piñones, como el de otros pinos o el de la araucaria?
El piñón de araucaria - que no es un pino - o incluso la castaña contienen altos niveles de almidón, lo que les da características nutricionales y sensoriales diferentes.
¿El maní, por ejemplo, tampoco puede competir con él?
Es algo diferente en su composición y, aunque es un buen aportador de proteínas y grasas, no contiene la diversidad de compuestos saludables de las otras semillas.
Fuente: La Segunda