Columna de Opinión de Dominique Chauveau Brañes, Ejecutiva de Programa de Formación, Fundación para la Innovación Agraria.
31-may-2017
Es un hecho que nuestro país por años ha utilizado los recursos naturales como principal ingreso económico, volcando los esfuerzos a la extracción de riqueza de nuestras tierras y nuestros mares, más que a la creación de nuevo valor económico o social hacia estos recursos u otros, que es la esencia de la innovación a toda escala.
En este escenario donde no es tan fácil innovar, está el sector agrario, agroalimentario y forestal, donde como Fundación desde hace 20 años estamos fomentando una cultura de innovación, promoviendo y articulando iniciativas que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de las agricultoras y agricultores, en todas las regiones del territorio nacional.
Pero en este camino que hemos recorrido nos percatamos que había un segmento de la población que estaba teniendo poca participación; nuestros jóvenes. Así lo arrojó un estudio hecho por FIA que reveló que menos del 8% de las iniciativas históricamente apoyadas por la Fundación para la Innovación Agraria habían sido lideradas por personas menores de 30 años.
Dentro de las razones que se pueden dar para explicar el por qué faltan emprendimiento innovadores liderados por jóvenes en nuestro sector, se encuentra el que este grupo etario no cuenta con capital propio para iniciarse en el desarrollo de nuevos proyectos, que por lo general, tienen un alto componente de riesgo e incertidumbre.
Si bien FIA trabaja actualmente en el fomento de la innovación a nivel escolar, este trabajo está sobre todo orientado a niños y jóvenes menores de 18 años. Buscando dar respuesta a la pregunta ¿Qué sucede después de los 18 años?, la Fundación diseñó y puso a disposición del sector un nuevo instrumento de apoyo para el desarrollo de innovaciones en sus etapas tempranas que, además, sean lideradas por jóvenes de distintos ámbitos de conocimiento.
El año 2015 se ejecutó la primera versión de la Convocatoria Nacional de Proyectos de Emprendimiento Innovador, que tiene por propósito fomentar el desarrollo de emprendimientos basados en innovaciones liderados por jóvenes de distintos ámbitos del conocimiento, que tengan impacto en el sector agrario, agroalimentario y forestal nacional.
Pero a través de este nuevo instrumento no sólo entregamos financiamiento para la ejecución de los proyectos, sino que una de las cosas más importantes ha sido la formación de los jóvenes en la aplicación de conceptos de emprendimiento, innovación y gestión de negocios por medio de una capacitación en estas materias.
La razón por la cual la Convocatoria considera un componente de formación antes de la entrega del financiamiento para la ejecución de los proyectos, se debe a que en nuestro país son pocas las instituciones de educación superior que consideran en forma transversal dentro de sus mallas curriculares materias relacionadas con emprendimiento, innovación y formulación de proyectos.
Por lo mismo, la Fundación detectó que son pocos los jóvenes que en nuestro país cuentan con las competencias formales necesarias para participar del ecosistema de innovación y emprendimiento.
Durante el 2015 logramos capacitar a 24 jóvenes en negocios y apoyar a otros 10 con capital semilla para el desarrollo de sus emprendimientos innovadores. El año 2016, y gracias al éxito de la experiencia del año anterior, la Convocatoria no sólo logró duplicar el número de postulaciones de jóvenes sino también instalar en FIA una línea de apoyo exclusiva para este segmento de la población.
Este año el éxito de esta iniciativa se vio nuevamente reflejado en las más de 80 postulaciones que recibimos de jóvenes innovadores de todo el país, para ganar uno de los 20 proyectos a adjudicar en temas relacionados con adaptación de la agricultura al cambio climático, alimentos más saludables y marketing agroalimentario.
En los próximos años esperamos aportar cada vez más para revertir la baja participación histórica de jóvenes en nuestra cartera de proyectos y contar con más emprendedores de diferentes áreas del conocimiento que nos ayuden a enfrentar y resolver los desafíos del sector agrario, agroalimentario y forestal nacional, que exigen una mirada multidisciplinaria y un abordaje acorde a las nuevas tecnologías.