Información precisa sobre el estado de las cuencas, o qué hacer cuando se avecina una sequía, son algunos de los servicios generados a partir de dos proyectos FIA que se están ejecutando en la Región de Coquimbo, y que a través de la creación de softwares y aplicaciones tecnológicas permitirán la entrega de respuestas en tiempo real a consultas clave de los agricultores, fortaleciendo de esta manera la gestión hídrica al interior y entre las organizaciones de usuarios.
Por Prensa FIA
En los últimos años la agricultura local ha debido soportar sequías sin tregua que han secado cuencas y embalses a lo largo de todo el país, provocando pérdidas millonarias a miles de productores. Una catástrofe de la cual la Región de Coquimbo es un símbolo, ya que pese a las intensas lluvias que vio caer en octubre, no ha logrado poner fin a un déficit hídrico que se extiende por casi una década y donde el rubro más perjudicado ha sido la fruticultura.
Pero no todo es agraz. A fin de subsanar el drama que afecta a los agricultores del "norte chico", la Fundación para la Innovación Agraria está impulsando dos iniciativas que buscan optimizar el uso del agua en las organizaciones de usuarios de la región. ¿Cómo? A través de la implementación de mecanismos vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que permiten disponer de información estratégica en tiempo real para la toma de decisiones.
La problemática hídrica no se explica solamente por factores climáticos. Junto a la sequía, la precariedad con que las organizaciones de usuarios de agua (OUA) operan en el país es una de las causas principales por las que este recurso se vuelve escaso. Y es que si bien el Código de Aguas de 1981 otorgó la gestión de los recursos hídricos a los propios usuarios, omitió la necesaria asistencia profesional en materias administrativas.
Es así como, según expertos en este tema, en tales agrupaciones (juntas de vigilancia, asociaciones de canalistas, comunidades de agua) sólo el 40% cuenta con una gestión profesional y eficiente, mientras que el resto suele operar de forma inorgánica e individual, por lo que no existe una gestión integrada de recursos hídricos (GIRH) y mucho menos se consideran las externalidades que puedan aparecer a futuro.
Situación que en la Cuenca del Limarí se busca abordar a partir del proyecto "Desarrollo de un sistema de gestión operacional para las aguas de una cuenca, brindando herramientas de auto-gestión y auto-administración a las organizaciones de usuarios involucradas", el cual se espera contribuya a la gestión operacional de las OUA por medio de un sistema que contempla la simulación hidrológica, basado en la GIRH. Modelo que se pretende extrapolar a lo largo de todo el país a partir de los resultados preliminares que arroje Limarí.
Ya en su etapa final, el proyecto está siendo ejecutado por profesionales de la Universidad Católica quienes, desde fines de 2012 iniciaron los primeros trabajos con la Comunidad de Aguas Sistema Embalse Paloma (CASEP) que agrupa a todas las OUA del embalse de riego más grande de Chile y el segundo más grande de Sudamérica.
De esta forma, a tres años de iniciado el proyecto, los profesionales de la casa de estudios junto al apoyo y acompañamiento técnico de FIA, han logrado desarrollar una herramienta de gestión única para toda la cuenca, basándose en aspectos hidrológicos, jurídicos y económicos acordes a la contingencia actual. Ello, luego de diagnosticar las deficiencias que presentaba dicho embalse.
"Toda organización de usuarios de agua tiene sus estatutos, los cuales establecen marcos de operación en términos generales. Por ejemplo, fiscalizar que no se extraiga más agua de la que corresponde. Pero respecto de cómo hacer la fiscalización, o qué pasa si encuentras a alguien sacando más, eso no está en las normativas, sino que en los reglamentos de operación", comenta Guillermo Donoso, coordinador de la iniciativa y académico del Departamento de Economía Agraria de la Universidad Católica. "Y cuando se analiza a nivel país, son muy pocas las organizaciones que tienen reglamentos que han sido aprobados por todos los miembros de la organización. Ese fue el diagnóstico que motivó este proyecto", agrega.
Donoso y su equipo elaboraron un modelo hidrológico tecnologizado, el cual entregará información en tiempo real sobre el estado actual de la cuenca. "La ventaja de estos modelos es que a partir de la información que generan permiten proyectar escenarios futuros de la cuenca, por ejemplo en caso de sequía, cuestión que no posible con los modelos que actualmente se utilizan", destaca el académico.
Fue así como se llegó a WEAP (Water Evaluation and Planning), un software validado internacionalmente cuyo objetivo es entregar una planificación integrada del recurso hídrico a fin de asistir a las OUA, a través de la simulación de la hidrología natural y la asignación de recursos hídricos en un periodo de tiempo determinado. Lo anterior permitirá un análisis de las demandas sectoriales, operación de embalses y generación de hidroelectricidad, además de la evaluación de las vulnerabilidades y requisitos de los ecosistemas involucrados en el Sistema Paloma.
WEAP simula las condiciones climáticas para dos años. Con dicha información, los agricultores podrán evaluar la opción de modificar las reglas de operación originales del Sistema Paloma.
Una herramienta innovadora, que entregará certezas indispensables para planificar los sistemas productivos. De este modo, de acuerdo a las proyecciones pluviométricas, se podrán tomar decisiones estratégicas fundadas, como modificar las reglas de funcionamiento del embalse, cambiar el patrón de cultivos, o implementar técnicas más eficientes de irrigación, entre otras.
"La interfaz WEAP es posible de usar a través de Excel, por lo que es bastante amigable para todos los usuarios", destaca Donoso. "El software simula las condiciones climáticas para dos años. Con dicha información, los agricultores evaluarán la opción de modificar las reglas de operación originales del Sistema Paloma. Además se podrá generar documentos en PDF personalizados, con el resumen de los principales resultados, de acuerdo a los intereses y requerimientos de cada usuario, entre otros servicios".
El profesional agrega, que tanto el directorio de la CASEP como los usuarios han validado los nuevos reglamentos elaborados por el equipo de la Universidad Católica, y se han mostrado dispuestos a capacitarse técnicamente en el manejo de WEAP. Proceso que se ha complementado con la elaboración de un manual el cual, a partir de esta experiencia en la Cuenca del Limarí, guiará a las OUA de todo el país en cómo desarrollar su propia gestión integrada de recursos hídricos.
Estando ad portas de la finalización del proyecto (fines de 2015), los integrantes de la CASEP están ansiosos de utilizar el nuevo sistema integrado. "Este proyecto es muy importante para nosotros, ya que nos permitirá ajustar las dotaciones anuales en torno a la disponibilidad de agua a fin de aprovechar los embalses de manera eficiente", señala José Eugenio González, administrador de la CASEP.
"Nosotros actualmente tenemos un modelo operacional que existe desde hace 44 años, sin embargo en todo este tiempo ha habido cambios agroclimáticos importantes y aquello exige actualización. Creemos que WEAP nos ayudará a mejorar nuestras producciones y evitar pérdidas como las que hemos tenido, ya que este modelo garantiza que los embalses se mantengan a un nivel aceptable. La idea es lograr el equilibrio que nos permita contar con una superficie razonable en producción, haciendo un uso eficiente y sustentable de los recursos hídricos", plantea González.
Un modelo hidrológico que ya está siendo replicado en la Región del Maule, particularmente por la Junta de Vigilancia del río del mismo nombre. "Elegimos a esta agrupación porque estaban en proceso de integrar a la hidroeléctrica Endesa como usuario, lo que nos proporcionaría un mayor énfasis en el mejoramiento del recurso hídrico. Finalmente no llegaron a acuerdo, pero de todos modos iniciamos los trabajos en la zona, aunque ha costado despertar un interés como el experimentado en la CASEP", concluye Donoso.
"Junta de Vigilancia de Río Elqui afirma que último frente no termina con la sequía". Con este titular un medio de la Región de Coquimbo "aterrizó" la situación de la Cuenca del Elqui y del embalse Puclaro tras las esperanzadoras lluvias caídas en octubre pasado. Pese al aguacero, el valle no logró revertir un déficit hídrico que se extiende por casi una década.
Desde 2012, tanto el gobierno como el sector privado han focalizado sus estrategias en buscar soluciones de largo plazo para la zona, como aquellas derivadas de los concursos de la Ley 18.450 de fomento al riego, y acciones como la estimulación artificial de precipitaciones (siembra de nubes), proyectos de nuevos embalses y obras medianas de riego, establecimiento de comunidades de aguas subterráneas para acuíferos, e incremento del monitoreo y control de las extracciones, entre otros.
Esfuerzos loables, que sin embargo, según la Junta de Vigilancia del Río Elqui -principal usuario de las aguas de dicho territorio- hasta ahora no habían abordado cuestiones clave para la gestión y planificación, como ¿cuánta agua se encuentra actualmente disponible en las diferentes cuencas de la región?, ¿cuánta agua habrá disponible en los próximos días, semanas, meses y años?, ¿qué cantidad adicional aún es posible conseguir del entorno?, ¿cómo está cambiando la calidad del agua?, o ¿qué cantidad está siendo utilizada por cada una de las distintas OUA?
Al mismo tiempo, desde la Junta sostienen que se requiere agregar valor a capacidades ya instaladas, desarrolladas por diferentes actores, entre las que destacan mediciones y monitoreos en tiempo real de caudales de ríos, canales, y niveles de embalses y pozos.
A fin de dar una respuesta consistente a dichas demandas, en 2012 FIA decidió apoyar el proyecto orientado a la creación del Centro Regional de Información del Agua (CRIA), iniciativa que nació con la finalidad de reunir en una sola plataforma toda la información hídrica referente a la Cuenca del Elqui, para luego expandirse a toda la región.
Liderado por la propia Junta de Vigilancia, el CRIA ha trabajado en el establecimiento de normas y estándares para la recepción y transmisión de datos, manejando un único repositorio de información, con el objetivo de proporcionar asesoramiento estratégico al Gobierno Regional y a los actores involucrados sobre las necesidades de información del agua para el sector agrícola.
Para el gerente de la Junta de Vigilancia del Río Elqui, Dagoberto Bettancourt, la creación del CRIA viene a cubrir la necesidad de información sobre la contabilidad de la cuenca, aportando una variable indispensable para la implementación de un sistema de gestión sustentable del recurso hídrico.
"Estamos convencidos de que tanto para la eficiencia hídrica como para un mercado transparente, la información pública es fundamental, la cual debe integrar a todos los actores involucrados, con información de las juntas de vigilancia, que son los principales administradores. Al mismo tiempo, por intermedio del CRIA trabajaremos coordinadamente con actores relevantes, como la Dirección General de Aguas (DGA) o cualquiera otra que cuente con información valiosa respecto del recurso", sostiene.
Pero, ¿de qué manera se entregará dicho contenido a los interesados? Según explica Bettancourt, la información estará a disposición de los usuarios a través de una plataforma web y una aplicación móvil, las cuales actualmente están en periodo de marcha blanca y se espera se encuentren funcionando a plenitud a partir del año 2016. Así, las OUA del Río Elqui podrán levantar en terreno la información de control y gestión del recurso hídrico.
"Este proyecto es el piloto de una iniciativa de gran envergadura, ya que está diseñado para que pueda establecerse en cualquier junta de vigilancia, asociación de canalistas o comunidad de agua, a partir de una herramienta técnica que entrega información por medio de una plataforma muy amigable con el usuario", comenta el profesional.
Pero lo anterior es sólo el comienzo. La idea es que una vez finalizada esta primera etapa, se incluya información relacionada con la participación de otros actores, principalmente de la academia, que cuenta con conocimiento respaldado por estudios e investigaciones. "La contabilidad del agua generalmente es vinculada con la situación actual, pero también tiene que ver con lo que va a pasar en el futuro, con los pronósticos y proyecciones de disponibilidad de agua en las cuencas a corto, mediano y largo plazo", subraya Bettancourt. "Creemos que con esta aplicación podremos conversar entre pares, a fin de compartir la información, tanto con organismos públicos como asociaciones e instituciones privadas", concluye.
Si bien deben su popularidad a sus usos y aplicaciones masivas como las redes sociales, juegos electrónicos e información periodística, las TIC están comenzando a irrumpir con fuerza en áreas más técnicas y específicas, como lo es el uso eficiente del recurso hídrico, a partir de herramientas prácticas y amigables que pronto entregarán resultados satisfactorios a nivel nacional. Consciente de aquello, FIA decidió apoyar ambos proyectos.
"Como Fundación estamos convencidos que de acuerdo a la legislación vigente y entendiendo que las OUA son entidades autónomas, es importante trabajar coordinadamente con ellas a fin de entregarles herramientas que permitan mejorar la gestión del recurso hídrico", señala Mariano López, encargado de FIA Zona Norte. "El agua que tenemos debemos administrarla de manera adecuada, usando mecanismos que permitan determinar objetivamente cuándo, cómo, con qué frecuencia y a quién distribuirla. Ello, tanto para los regantes del Sistema Paloma como para la Junta de Vigilancia del Río Elqui".
López agrega que si bien es necesario conversar sobre las nuevas formas de abastecimiento de agua, lo que el país requiere con urgencia es comprender transversalmente que optimizar la administración del recurso es una tarea impostergable. "En este propósito, la incorporación de herramientas TIC se vuelve fundamental, como en el caso del río Elqui, donde sus celadores hoy controlan la distribución del agua por medio de reportes vía smartphones, adquiridos en el marco del proyecto. De esta forma, comunican en línea y en tiempo real la información de una cuenca que supera los 240 kilómetros. Hoy las TIC son una valiosa herramienta para la toma de decisiones", concluye López.
Iniciativas como las de Elqui y Limarí demuestran la voluntad que existe en Chile por mejorar el uso que se le está dando a las principales cuencas y embalses del país, no sólo a nivel público, sino también de parte de los propios usuarios, quienes se han mostrado abiertos a incorporar nuevas tecnologías que hoy destacan mundialmente por facilitar y optimizar la utilización del agua en la actividad agrícola.