Las tierras de cultivo aportan mucho más de lo que se ve a simple vista porque en su subsuelo siguen estando las pistas y las huellas para entender cómo el sector primario ha sido y sigue siendo esencial en la Historia de la Humanidad. La arqueología agraria se afana en sacar a la luz los restos de lo que la agricultura fue para conocimiento de la sociedad y como aprendizaje, porque también aporta lecciones al campo actual.